Un kitsune en la 4° Gran Guerra Ninja

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Naruto se acomodó mejor en el pecho de su novio, demasiado cómodo como para moverse.

Caricias comenzaron a su cabello, haciéndolo sonreír por los mimos.

--Buenos días, Shiro --alzó la cabeza para quedar de frente con el rostro del mayor.

--Buenos días, zorrito --besó la frente del bicolor con cariño, sacándole un puchero a este. --¿Qué ocurre?

--Hace mucho que no me das un beso en condiciones --bajó las orejas con falso enojo, inflando las mejillas.

Ogichi rio bajo para no despertar a los otros dos que dormían en la habitación.

--Lo siento, zorrito, no quería que te sintieras incómodo al besarte frente a los Hokages o frente a los Uchiha --acunó el rostro contrario con su mano.

--No me siento incómodo, lo prometo --tanteó hasta rodear con sus brazos el cuello del albino. --Por favor, Shiro --volvió a su puchero.

Kurosaki volvió a reír antes de poner su rostro a la misma altura que el del menor, juntando sus labios con cariño extremo mientras cerraba los ojos.

Naruto no dudó en corresponder, agitando un poco la cola feliz por el contacto, juntándose todo lo que pudo al cuerpo más grande, sintiendo los brazos de su novio rodear su cintura.

Movieron sus labios con calma, disfrutando el contacto con el que se trasmitían todo el amor que se tenían.

El zorro rojo sentía que podría besar a su novio durante años y no cansarse, por eso siguió con el beso largo rato, respirando por la nariz para no tener que separarse.

Ogichi también había echado de menos los labios de su novio, ahora aprovechando para saborearlos con los suyos, tampoco queriendo separarse en un largo tiempo.

No supieron cuánto estuvieron besándose, pero les daba igual, había pasado demasiado tiempo desde su último beso y se habían extrañado mutuamente, lo último que querían ahora es separarse.

Naruto siguió agitando su cola con felicidad de sentir los labios y los brazos de su novio sobre él, sintiendo su cuerpo comenzar a calentarse.

El olor de su novio alarmó a Shiro, separándose.

--¿Qué ocurre? --se extrañó por que se separará.

--Zorrito, te toca el celo el mes que viene ¿verdad? --sonrió con picardía.

--Sí, ¿qué pasa? --no entendía.

--Que como sigamos así tu celo se va a adelantar --tomó entre sus dedos la mandíbula del híbrido. --Y no queremos eso ¿verdad?

Ante la mención de que su celo se iba a adelantar Naruto comprendió que se separara, negando con la cabeza.

--Entonces tendremos que mantener los besos al mínimo --acarició el pómulo canela con su pulgar.

--Pero te echo de menos --volvió a formar su puchero, bajando las orejas.

--Yo también, zorrito, pero no queremos que tu celo se adelante --peinó el cabello contrario. --Aún es pronto.

--¿Y si quiero pasarlo contigo? --habló de repente, asombrando a Ogichi.

--Zorrito, es pronto para... --fue interrumpido.

--Tú lo dijiste --se puso serio. --Que me pondrías tu marca cuando cumpliera los 15. No ha sido a mis 15, pero quiero que cumplas tu palabra.

Esa declaración sorprendió a Shiro. Recordaba perfectamente sus palabras, pero que Naruto realmente quisiera que las cumpliera no estaba en sus planes.