Lo único que nos pertenece es la confusión y un eterno olor a vergüenza y nos vale. ya no hay nada que perder, solo ellos, ellos son los que tienen que temer.
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El reloj de arena
Hubo un tiempo en el que escribía lo que se me ocurría : De Mozart y de la arena, de la arena y de Mozart; otra vez Mozart y Beethoven, nuevamente arena. Charles, la multitud, multitud y charles otra vez y otra vez: La arena, la pervertida arena .
Hubo un tiempo en el que escuchaba lo que sentía y Sentia lo que escuchaba, hubo un tiempo en el que leía lo que vivía y vivía lo que leía, es más yo lo escribía. Y vivía y la arena. El reloj de arena.
Recuerdos y ojos, ojos y recuerdos. Ojos otra vez y en cada ojo un color y en cada color un dibujo y en el dibujo la arena y en la arena un reloj de arena. Un reloj de arena asesina a una alma. Una alma es es eterna y otra es dueña de un reloj. Un reloj de arena.
En el cuaderno un poema, en el poema un reloj. Un reloj de arena, en el reloj de arena un viejo y al otro lado un viejo y ellos dos está sobre una radio y en la radio la sinfonía. En la sinfonía la guerra y en la guerra hay un reloj de arena.
Vida mía
Palabra no mía, Miradas no mía, Sonrisas no mía, Vida no mía pero en mi propia vida , donde no existe vida. Pues donde no hay lágrimas no hay dolor, donde no hay dolor no hay corazón. Tampoco hay rencor y donde no hay rencor... No hay nada. Y donde no hay nada. Y donde existe la nada ... Entonces debe de haber un universo. Universo no mío , Universo triste y afligido, Universo sin verbo, Besos sin versos, Miserable sin saberlo.
