𝐈𝐭'𝐬 𝐲𝐨𝐮 | Kenneth McCormick

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South Park es un pueblo llamativo.

No por sus hermosas vistas, su clima siempre navideño o por ser el lugar favorito de varias personas que vienen a pasar un rato lejos del ruido de las grandes ciudades.

South Park es llamativo por sus habitantes, los cuales de alguna u otra forma consiguen el poder para causar revuelo. Y ultimamente si que lo hubo.

La realidad superó a la ficción, algo que nunca pensé que vería en la vida real esta pasando en este mismo instante y vuelve loca a la gente.

Un héroe que se esconde tras las sombras, quien se hace llamar a si mismo como Mysterion y se encarga de limpiar el pueblo de los maleantes que andan rondando por ahí a altas horas de la noche.

Se hace invisible ante la multitud que no vé que está presente con su traje totalmente oscuro si no fuera por aquel saltarín signo de pregunta que adorna en su capucha, un divertido y tierno detalle que suavisa su imponente imagen.

Como era de esperar las chicas suspiran por él ¿Y como no hacerlo? Es valiente y fuerte, además de tener el aspecto de un chico de nuestra edad, dejandonos llevar por el pensamiento de que quizás vayamos al mismo curso... o con suerte a la misma escuela.

Pero conociendo a los monos que tengo de compañeros, la figura de un tipo como Mysterion llamaría la atención entre tantos inadaptados.

Caminaba derecho hacia mi casa. Era pasada la medianoche y estaba volviendo de una juntada con mis amigas, no me dí cuenta el momento en el que se hizo tarde y la temperatura bajó más de lo normal.

Temblando me abrazaba a mi misma para proporcionarme algo de calor, pero la temperatura de mi cuepo dejó de importar cuando sentí unas manos en mis hombros.

Me ví acorralada por dos hombres que buscaban más que robarme. Me miraban de arriba para abajo y comenzaron a toquetearme.

Grité, pero no me sentí escuchada.

No hasta que él apareció.

Y tal como reportaban personas que decían haber sido salvadas por este misterioro héroe, él apareció con velocidad y firmeza en sus pasos. Sus ojos serios cortaban más que un cuchillo y hacía respetar su traje y nombre.

— Mírate, te estas congelando.

No pude reaccionar cuando los tipos ya estaban tirados en el suelo. Mucho menos sentí mi cuerpo temblar a causa del fresco clima ya que mi corazón se sentía, de cierta forma, calido con la cercanía del chico.

No fuí capaz de hablar o de moverme, pero el suspiró con una sonrisa y tomó mis manos entregándome sus verdes guantes. No impedían que siguiera sintiendo frío, pero aquella acción me hizo sonreír a mi también.

Entonces Mysterion no es solo fuerte y valiente, sino tambien dulce con las mujeres...

Fue gentil al acompañarme a casa para que esté segura, el silencio del camino a su lado era extrañamente cómodo para ser alguien desconocido.

Me dejó en mi puerta y se iba a marchar, pero rapidamente lo detuve.

—¡Mysterion! — su cabeza dió vuelta y su sonrisa volvió a aparecer.

—Oh, al parecer hablas. Pensé que un gato había comido tu lengua. — Me sentí un poco avergonzada, pero reí de igual forma. — ¿Qué pasa?

Balbuceé un poco, pero negué con la cabeza. Sus cejas mostraron confusión, pero aún así siguió su camino sin mirar atras.

Él se había olvidado de sus guantes, y yo ahora tenía una excusa para volver a verlo.