🌛₊˚•. ↳Hay un héroe en el pueblo y cualquiera está dispuesto a matar para saber su identidad. Todas las noches a altas horas de la madrugada, nadie se da cuenta cuando se escabulle por las cortinas de aquella chica para esconderse bajo sus sábanas...
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Caí recostada entre mis brazos mientras escuchaba hablar sobre un tema que a nadie le interesa. Mi mente estaba ocupada en lo de la noche anterior y en subrealista que se había sentido todo aquello. Tanto que debí fijarme dos veces de tener guardados esos peculiares guantes para no caer en el pensamiento de que todo fue una jugada de mi mente, la cual aburrida de la rutina había creado alguna especie de escape por medio del nuevo héroe del pueblo.
Pero no, todo fue absolutamente real. Me perdí al recordar lo frios que se sentian aquellos guantes a pesar de haber estado guardado entre mis otras ropas, llegándome a preguntar si sus manos se sentirán igual de congeladas.
Me sentí tonta ante la idea. Parezco una nena de primaria armando escenas ficticias con otro niño.
Igualmente no me importaba, tampoco es como si alguien pudiera leer mentes. ¿O si? Los héroes y villanos al parecer cobraron vida, solo faltarían los poderes.
Si es así, entonces ojalá me toque un poder que me sirva y no uno inútil como... No lo sé ¿Disparar rayos por los ojos?
— ¡La concha de tu madre, culiado! — Fuí interrumpida abruptamente de mis pensamientos cuando un balín de papel me pegó en la espalda, de esos que tiran con el elástico y duelen como la mierda.
El profesor me llamó la atención pero poco me importó. Claro, retenme por gritar pero no les diga nada a los que gastan papeles por tirarselos entre ellos.
No hacía falta girar para saber quienes eran, podía escuchar sus risas desde atrás mío.
Cartman y sus perros falderos, quienes al parecer lo odian pero por alguna extraña razón están juntos. Un grupo de mierda donde el único que tienen un poco de cerebro lo va destruyendo al juntarse con ellos.
No voy a gastarme mucho en presentar a la abeja reina. Eric Cartman ya es bien conocido por todos en donde sea y no precisamente gracias a su encanto de persona. Es un hijo de puta con todas las palabras y literalmente. Prefiero no hablar con ese tipo.
Stan Marsh intenta mantenerse al margen pero siempre termina dirigiéndose al mismo lugar que el grupo. Un ignorante por completo; ama que lo escuchen pero odia escuchar. Actúa impulsivamente y después se arrepiente, es como un perro. No entiendo como a una chica como Wendy le gusta un tipo como él, enserio.
Kyle Broflovski es responsable y amable con los otros, él único de ese grupo al cuál no temo dirigirle la palabra. Sin embargo no todo es de color de rosa, se queda encerrado en su burbuja social y no se aleja de ahí por más que siempre se queje de los pelotudos que tiene de amigos. Podriamos decir que el cerebro del grupo no sirve para nada.
