El Veleta

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Detallé que Merlina estaba escuchando "Llorona" con un reproductor de música igual de viejo que la máquina de escribir.

Ella ni siquiera nos miró cuando entramos, ni cuando Enid salió.

Me quedé en silencio, analizando el contraste entre ambos lados de la habitación, o de ambas personalidades.

Se escuchaba el tecleo de la máquina de escribir, se nota que Merlina está inspirada, hasta que de repente paró y miró su cama. Se levantó y quitó la manta, revelando una mano.

LITERALMENTE UNA MANO.

Y TIENE VIDA PROPIA.

Ok, esto es demasiado, esta chica está llena de sorpresas.

-Lo sabía, hola Dedos -¿Dedos? ¿qué clase de nombre es ese?

Noté que Dedos estaba nervioso, trató de escapar, pero obviamente Merlina tiene más ventaja y logró atraparlo, a pesar de que éste luchaba por escapar.

-¿De verdad creíste que mi altamente entrenado sentido del olfato no captaría el leve aroma a neroli y bergamota de tu crema favorita? -impresionante-. ¿Crees que te voy a soltar? -aplastó a la mano contra su escritorio, Dedos pareció luchar para liberarse, pero no pudo-. ¿Te rindes? -golpeó múltiples veces el escritorio y ahí Merlina lo liberó-. Madre y padre te enviaron para espiarme, ¿no es así? -Dedos hizo unas señas-, podría romperte un par de dedos. El hecho de que crean que no me daría cuenta prueba lo mucho que me subestiman -hizo otras señas-. Ay Dedos, pobre e ingenuo apéndice, mis padres no se preocupan por mí, son marionetistas malvados que quieren controlarme incluso a distancia.

Me levanté para acercarme un poco y ver mejor a Dedos, ha sufrido muchas heridas, se nota por todos los puntos cocidos que tiene.

-Por como lo veo tienes dos opciones. Opción uno -prosiguió, abrió un gabinete de su escritorio y tomó a Dedos-: te encierro aquí por el resto del semestre, y te vuelves loco lentamente tratando de escapar -Merlina hizo amago de meterlo en el gabinete y éste trató de evitarlo sujetándose del escritorio con sus uñas, haciendo que quedaran unas marcas de arañazos-, arruinarías tus uñas y tu suave y tersa piel, y ambos sabemos lo vanidoso que eres. Opción dos -colocó a Dedos nuevamente en el escritorio y cerró el gabinete-: prometes lealtad incondicional a mí -Dedos hizo un movimiento, como si estuviera inclinándose, demostrando cuál opción quería-. Nuestra primera misión es escapar de este purgatorio adolescente -Dedos hizo más señas-. Claro que tengo un plan, y la involucra a ella -me señaló, fruncí el ceño claramente molesta.

-¿Disculpa? Nunca me preguntaste si estaba de acuerdo en ayudarte -me crucé de brazos y me senté de nuevo en la cama de Enid.

-Solo tendrás que distraer a Weems, mañana tengo consulta con la psicóloga y ésa podría ser mi oportunidad para escapar.

-¿Y qué gano yo a cambio? -me levanté y me acerqué a ella.

-Te pagaré, ¿cuánto quieres? -sacó varios billetes de un gabinete del escritorio y se acercó a mí.

-Ya hablaremos de eso luego -justo en ese instante entró Enid.

-Perdón por la tardanza, me encontré con Yoko en el camino. ¿Pasó algo? -preguntó al ver que Merlina y yo estábamos relativamente cerca.

-Nada, solo hablábamos. Iré a mi habitación -tomé la manzana que ella tenía en la mano y salí.

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Vi el letrero que indica que llegamos a Jericó, suspiré y revisé mi celular, tenía un mensaje de Enid preguntando dónde estaba, le informé que estoy en el pueblo acompañando a Weems a llevar a Merlina a su consulta con Valerie Kinbott, la psicóloga. Weems se detuvo al frente del edificio donde está el consultorio.

Confianza || Merlina Addams x TN FemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora