'Cause I know you'll save me - Jaywon -

I

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El cuerpo de aquel chico de cabello negro se encontraba bajo la tierra, solo se podían notar sus ojos, estaba cubierto de pies a cabeza, ese era el mejor camuflaje que podía tener.

Los pies del soldado Francés pasaron varias veces frente a él, rogaba no ser notado, o moriría ahí mismo, su respiración era muy suave, no debía mover sus músculos al momento de respirar.

Con la mirada fija delante de él, aquellos ojos lo miraban de igual forma, sin despegarse los unos de los otros.

Sentía que el chico delante de él no aguantaría más, quien de igual forma estaba escondido en la tierra.

Vio como de manera lenta el soldado con la bandera francesa en su uniforme, caminaba hacia su acompañante.

Metió su mano en la bolsa de su pantalón, sus ojos no dejaron de seguir cada uno de los movimientos de aquel soldado. Cuando se detuvo frente a aquel chico, rogó porque no haya sido descubierto, pero fallo, pudo ver como de una manera muy agresiva, lo pateó.

El cuerpo de aquel chico salió rodando, lo había descubierto.

El arma del soldado fue empuñada lista para ser disparada. El pequeño chico se había levantado del suelo listo para dar pelea, aquel rifle le apunto directo a la frente, el soldado dijo algo en francés que no pudo comprender.

Sabía que moriría ahí, cuando su dedo apretó ligeramente el gatillo.

Cerro los ojos fuertemente, sintió la sangre salpicar su rostro, pero ningún tipo de dolor, abrió aquel par de ojos, seguía vivo.

Pudo ver el cuello de aquel soldado salpicando sangre, mientras le retiraban aquel objeto filoso.

El cuerpo del combatiente cayó al piso, por fin pudo ver al responsable de aquella acción, aquel chico de cabello negro.

- ¿Estás bien? Jungwon, ¿te hizo algo? - las manos del pelinegro examinaron todo su rostro.

- Estoy bien, solo fue un golpe, el general golpea más fuerte, así que no me dolió - tomo la mano de su compañero - Vamonos de aquí, Jay.

Ambos corrieron adentrándose al espeso bosque, pudo ver a muchos soldados en el piso, muertos.

El pelinegro reconoció algunas caras, había desayunado junto a ellos esa mañana antes de partir, y ahora, estaban muerto.