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La vista de Jay se mantenía fija ante el castaño más bajo, era la segunda vez en el día que el comandante lo golpeaba, pasaba esos unos dos o tres veces por semana, Jungwon estaba lleno de cicatrices en su rostro y brazos, y al más alto le dolía verlo así.

No podría decir que lo amaba, pero tampoco lo odiaba, el menor le agradaba un poco, y podría llegar a considerarlo alguien en su vida.



— Fuera — Aquel hombre con bigote mando a cada uno de los cadetes a su habitación, incluyendo al pequeño.

Habían pasado tres meses ahí.

Era finales de febrero de 1944.

Estaban en sus últimos días dentro de los campos de entrenamiento, aun había un poco de nieve a los al rededores, y cada uno seria mandado a una área en especial.

Park Jay tuvo el atrevimiento de rogar estar en fuerza aérea junto a Jungwon.

— ¿Duele mucho? — Jungwon negó, se dejó caer en la cama dura de la gran habitación.


— No tanto


— Estas sangrando — la mano de más bajo se deslizo a su frente, tocando el espeso líquido rojo que escurría.



— Tiene que parar


— ¿por que dejas que siempre te golpe?

— El manda Jay, yo no — el cajón designado para el pelinegro fue abierto, dentro saco un pañuelo color blanco.

Jungwon noto como el pelinegro salió de la habitación con aquel pañuelo en manos.

A los minutos regreso.

— Seguro duele mucho — Jungwon no tuvo tiempo de responder cuándo sintió la mano del más alto en su mejilla, el frío pañuelo tocó su frente, limpiando la tierra mezclada con su sangre de su frente, estaba mojado.


Sus ojos viajaron al rostro de Jay quien estaba completamente serio, mientras limpiaba su frente, pudo ver bien sus ojos oscuros y afilados, su nariz fina y larga, las pestañas sobresaliendo en su mirada, y sus labios rosas...

— Listo — los ojos de Jay conectaron con los de Jungwon, la mirada del más alto se deslizó a los labios del castaño, observándolo por algunos segundos.

¿Qué pasaba si lo besaba?


— Gracias — la voz de Jungwon regreso a sus cinco sentidos al más alto.



🌷


Como cada comida ambos salían lejos, solo ellos dos, era ya una costumbre.

Esta vez estaban en la habitación, sentados en la cama del más bajo.

— Cuando cumplí 18 años, probé por primera vez en alcohol, recuerdo que tomé un trago a escondidas, de las botellas que guarda mi padre en su oficina — Jungwon rió ante el relato del pelinegro. — no puedo creer que mi cumpleaños 20 lo vaya a pasar en los campos de guerra. — Jay soltó un largo suspiro — ¿Qué hiciste cuando cumpliste 18 Jungwon?



— Entrene para saber matar a alguien que es inocente — Jay mostró una cara de confusión — Mi cumpleaños la pasé aquí Jay


— ¿Qué?, ¿tienes 18? — Jungwon asintió  — Pero, eres demasiado joven... se supone que deberías estar disfrutando no... aquí....



— La vida no siempre es como la deseamos — El menor puso su plato de comida a un lado, dejándose caer sobre la cama — mi vida siempre ha sido difícil Jay, ¿sabes lo que es racionar la comida para sobrevivir?, mi familia fue una de las más afectadas por la primer guerra, perdimos mucho, perdimos la casa, los terrenos, todo.

~mi madre pudo construir una pequeña casa a las afueras de la ciudad, una habitación para todos, mi padre no podía trabajar más, así que mi madre lo hizo, ¿sabes lo difícil que es para una mujer ganar dinero?, es muy difícil, mi madre trabajaba día y noche para que pudiéramos comer, enfermo y murió, cuando tuve la edad suficiente comencé a trabajar yo... todas las mañanas partía a la ciudad, no ganaba mucho, pero si lo suficiente para comer. Papá siempre se sintió culpable de perder la pierna en guerra, y más culpable de enfermar también, el siempre ha sido un gran padre, por eso me levantaba todas las mañanas, el dinero era para dos cosas, comida y medicinas, mi hermana pequeña se dedica a la casa, cultiva verduras, y nos suelen ser de mucha ayuda... no soy alguien que ha disfrutado de una gran vida, no me quejo, me gusta estar vivo, quiero salir de aquí y poder decirle a mi padre lo agradecido que estoy de ser su hijo... así que cada vez que puedo comer dos veces aquí, siento que ellos no estén comiendo bien...


El rostro de Jay reflejaba tristeza, jamás imagino que algo así existiera, su vida había sido muy diferente, cuando algo no le gustaba, simplemente pedía que le prepararán algo nuevo, nunca sufrió un solo día sin un gran plato de comida.



— Jungwon...

— Esta bien, no espero que sientas lastima, solo quería decirte esto...




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Holiii 
¿Cómo andan?

Espero les este gustando la historia <3

Lili

'Cause I know you'll save me - Jaywon -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora