La Ira Incontrolable.

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En lo profundo de mi ser, un sentimiento crece, una llama ardiente que estremece. La ira, esa pasión tan desbordante, que mi piel eriza y el alma desafía ante.

Asciende desde mis entrañas, sin previo aviso, se agita como una fiera en su propio silencio. Se enreda en mis venas, se apodera de mí, y convierto mis palabras en flechas sin fin.

Mis ojos se cristalizan y lanzan fuego,mi voz se torna tormenta, un viento violento.

La rabia desborda cada poro de mi ser, y el mundo se torna oscuro, difícil de comprender. Pero en medio de esta vorágine de emociones, la razón lucha por controlar mis acciones.

Recuerdo que la ira es un camino sin salida, un círculo vicioso que solo alimenta la herida.Así que respiro hondo y libero el veneno, transformando la ira en un río sereno.

Dejo que fluya, que encuentre su cauce, dándole espacio para encontrar la paz y el enfoque. No permito que la ira me consuma, ni que me convierta en un alma sin espuma.

Es solo un sentimiento que debo comprender, y aprender a manejar con sabiduría y poder. Pues en el fondo de cada ira hay una tristeza, un grito ahogado que busca encontrar su nobleza.

Así que abrazo mi furia y la dirijo hacia la transformación, utilizando el amor como guía, como redención. Y en vez de ser presa de la ira en su dolor, me convierto en un ser resiliente, lleno de valor. Porque en el equilibrio sé encontrar mi fuerza, y en cada paso que doy, la ira se desvanece.

Solo Pensamientos y PoemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora