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— Desobediente —

IMPORTANTE: ESTE CAPÍTULO SE DESARROLLA DESPUÉS DEL FINAL

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IMPORTANTE: ESTE CAPÍTULO SE DESARROLLA DESPUÉS DEL FINAL. O sea, digamos que es reciente. Recuerden que DLB nunca ha tenido un orden cronológico. Cuando lean el final, entenderán mejor a qué me refiero. Por ahora solo tengan en cuenta que aquí, Tae ya es un poquito más grande, por ende, el capítulo se desarrolla en un momento más "cercano".

Advertencias: Masturbación, BDSM, Smut y cosas Kinky.


TaeHyung ya tiene 22.

El último sorbo de leche de cereza yace en el fondo del vaso que sostiene entre sus dedos, observando con una mezcla entre el aburrimiento y la frustración, el charquito rosa se mueve de un lado a otro. TaeHyung lleva tirado en la cama observando ese charquito poco más de cinco minutos y ya siente que ha pasado una eternidad, tratando inútilmente de mantener sus pensamientos ocupados y alejar la ansiedad de su cuerpo y mente al no saber nada de Papi desde la noche anterior, cuando le besó la frente y subió al auto para manejar muchas, muchas horas hacia el sitio donde tendría una importante junta de negocios por la tarde. Prometió escribirle cuando tuviera un momento libre, pero al parecer, los accionistas habían ocupado mucho de ese tiempo y TaeHyung prefirió alejarse del teléfono a seguir al pendiente de él, esperando un mensaje.

Intentó de todo. Desde tomar un baño largo hasta ver una película, pero nada funcionó para mantenerlo ocupado el tiempo suficiente y, presa de la frustración, se sirvió un vaso de leche de cereza en uno de esos vasos grandotes que compraba Papi para él cuando iban al cine.

Por qué necesita mantenerse ocupado, va un poco más allá del solo hecho de extrañar a JungKook y estar aburrido como una ostra dentro de la casa. TaeHyung despertó con la libido por el cielo, uno de esos días en los que su cuerpo decide que es un buen momento para tener una erección al despertar, como si de un adolescente hormonal se tratara. Y está lejos de serlo. Hace poco cumplió 22 años y la última vez que le pasó algo parecido seguía en la secundaria. Sin embargo, algo era cierto, y es, que el deseo que siente no es parte de ese asunto mañanero...

TaeHyung tiene pocas reglas y todas las cumple al pie de la letra día, sí y día también. Le gusta llenar su tablero de estrellas y recibir cariños en el pelo, cuando se sienta a los pies de Papi a esperar su recompensa por ser un muy buen niño. No le gustan los castigos y solamente una vez tuvo uno de esos, cosa que no quiere repetir. Pero, y aquí viene él, pero, si hay algo que todavía lo pone de los nervios, es que Papi ha sido muy claro con él desde el principio: No puedes tocarte cuando yo no esté.

¡Ah, qué miserable se sentía! Despertó duro, húmedo y solo en la habitación de JungKook, ahí donde ambos duermen. Las sábanas olían a él y a TaeHyung le dieron unas ganas terribles de bajar la mano y hacerse cargo de su situación, entre la comodidad de las suaves y tibias mantas que lo cubrían. Pero se detuvo y recordó, que JungKook había dicho que quería darle todo el placer con sus propias manos... O su boca... Y entonces, TaeHyung ha mantenido la imagen mental de Papi succionando la punta rosada hasta hacerlo delirar fuera de su cabecita por el tiempo suficiente para sucumbir al hecho de mirar un charco de leche rosa en un vaso.

Daddy's little boy ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora