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Cambio.

Tenía que regresar a casa a cómo dé lugar.

Aterrado tomé parte del uniforme que logré encontrar en medio de un enorme armario tremendamente desordenado que decoraba la espaciosa habitación, como no encontré la chaqueta ni la corbata por ningún lado, decidí que lo mejor era llevar un hoodie negro inmenso que colgaba a la vista, calcé un par de zapatos, busqué dinero entre sus cosas y salí corriendo para tomar un taxi. La zona en la que me encontraba me era totalmente desconocida, pero eso no era lo más importante para mi en ese momento, lo primordial era poder encontrar mi cuerpo o en su defecto despertar de esta terrible pesadilla que estaba comenzando a asustarme en serio.

Y es que ustedes quizá ustedes no entiendan el sentimiento que me agobiaba tanto, pero es que... 

¡Este cuerpo no era mío!

Me aterró profundamente verme en el espejo retrovisor y darme cuenta de que en efecto se trataba de él, de sus cejas, sus grandes ojos expresivos, sus labios gruesos, su cabello negro largo espeso y hasta sus tatuajes, absolutamente todo era de Hyungwon.

Pero no era él ¡Era yo, Hoseok!

Ni siquiera podría explicar correctamente mi situación porque no tenía idea de lo que había sucedido, yo sólo me sentía como un extraño dentro de este cuerpo, totalmente confundido y muy alterado frente a esta inesperada y loca situación. 

Una vez llegué a las cercanías de mi casa decidí caminar con cautela y me asomé por la reja negra que me era tan familiar, aún estaba temprano, así que asumí que mamá debía encontrarse dentro al igual que mi hermano. Sin pensarlo demasiado abrí el tablero de acceso, mirando luego a mi espalda para así asegurarme de que nadie estaba atento a lo que yo ahí hacía, y sí, quise poner la clave, pero algo que apareció desde atrás cubrió mi boca y me arrastró con él hacia la parte trasera de la casa.

El pánico que pude haber sentido tiempo atrás nada más despertar fue multiplicado por mil.

Luché bastante para zafarme de quien sea que trataba de apresarme, luche con todas mis fuerzas y mi corazón corrió sin control al pensar en que quizá ese sería mi fin, trataba en serio de liberarme como fuera, sin embargo, quien aplicaba fuerza lo hacía bastante bien.— Soy yo. Ya cálmate de una endemoniada vez o te parto la cara, Lee. ¡Ya basta! —Lo dijo en un intento de susurro a mi oído; la voz que me habló la reconocí de inmediato como la mía. Cuando intenté ver hacia atrás me di cuenta de que efectivamente era yo, salvo que la expresión en mi rostro era una muy dura, una que usualmente yo no hacía nunca, pero que él sí.

—¿Hyungwon? 

— ¿Qué está pasándome y por qué mierda estoy en tu cuerpo? Maldita suerte la mía. —Ojalá pudiese saberlo, así no tendría que estar pasando por tal sufrimiento y terror. Él me soltó y lo confronté al instante, en serio era una locura porque podía ver mi cuerpo de frente, y no era el reflejo de un espejo o una imagen cualquiera, de verdad era mi cuerpo y estaba siendo poseído por el horrible ser de Hyungwon.

—No sé. Te lo juro que no sé.

—¿Trajiste mis cigarrillos? Necesito fumar, si no lo hago no me siento de buen humor para comenzar el maldito día.

—¿Qué demonios te crees?—Me sentía al límite de todo y él me pedía algo tan estúpido como unos cigarrillos ¿Cómo quería que pensara en algo igual cuando lo primero que encontré al abrir los ojos fue que estaba encerrado en su cuerpo? Lo más importante aquí era que, por algún motivo, habíamos intercambiado de cuerpos y que estábamos atascados aquí sin saber cómo diablos regresar; el cigarrillo y su endemoniado vicio eran de lo último que debería estar preocupado.— Quiero que me regreses mi cuerpo, Hyungwon. No soporto verte y mucho menos quiero estar así por más tiempo.

Loca Historia de Amor [2WON/HyungWonho] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora