Capítulo 28

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Asiel Wyatt:

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Asiel Wyatt:

Sentí algo desgarrarse ante cada uno de sus pasos. El dolor de su alejamiento fue más fuerte que el dolor que me provocaron los golpes de Zack y los golpes de Greg. Pero ella no se fue sola, mi corazón decidió irse con ella. Corazón que creí que no tenía.

Vi las inseguridades de Aisha a través de sus ojos, vi el dolor que le causaron las palabras de Kendal. Intentó disimularlo, pero, a diferencia de los demás, yo sí me enfoco en cada una de sus expresiones, de sus emociones.

Quería correr tras ella, explicarle lo que sucedía, pero me invadió el pánico de que me viera como un demente. Me dolió su partida, pero necesito aclarar mi mente para luego explicarle la situación.

Cuando Zack avanzó hacia mí, ni siquiera me pasó por la cabeza retroceder, solo me quedé estático hasta que su puño hizo contacto con mi mandíbula. Su golpe provocó que mis piernas cedieran y mi cuerpo cayera al suelo.

Se lo agradecí en mis pensamientos, ese golpe era justo lo que necesitaba para darme cuenta de que soy un idiota.

Ella me entregó su confianza, me entregó su corazón y tal vez todo lo demás. No me ha dicho que me ama, pero cuando me dijo que confía en mí, fue como el te amo que sus labios no han pronunciado.

Ni siquiera tuve tiempo de decirle que la amo, ni siquiera tuve tiempo de conocer el significado del apodo. Necesito hablar con ella, pero también necesito entenderme a mí mismo.

Sé que la amo, no hace falta hacer un análisis para darse cuenta de que lo daría todo por ella, pero necesito... necesito encontrar la explicación exacta para decirle lo que me pasa.

¿Ella me va a creer?

Odié cuando Jerome me dijo que tuvo que pedirle a Kendal que los llevara al hospital, ya que se encontraba en el hotel, buscándome. Pero lo entendí porque le pedí que buscara mi moto. Lo peor de todo fue que también le contó a Beth que estaba en el hospital.

Me levanto de mi cama y me acerco a la ventana. Pasé todo el día pensando en Aisha, en nosotros. Ya no está de día, la luna brilla como esa noche en la que estuvimos hablando por celular, el día en el que me levanté de mi cama para ver la luna mientras escuchaba su voz.

Suspiro y vuelvo a acostarme.

¿Cómo le explico quién es ella? ¿Cómo le digo la verdad de todo?

Ella.

Suelto una risa sin gracia, me siento y cubro mi cara con ambas manos.

Ni siquiera tiene nombre. No sé el nombre de la chica que he estado esperando desde hace años, desde que se apareció en un sueño.

¿Cómo le explico a Aisha que he estado enamorado de una chica a la que conocí en un sueño? ¿Cómo le explico que esa chica se aparece en mis sueños cada cuatro años?

Cada cuatro añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora