Era otro día de trabajo para Saitama mientras llevaba de regreso a su celda a SCP-049, que había logrado escapar durante uno de los chequeos rutinarios realizados por los científicos de la Fundación SCP. Aunque la situación podría haber generado pánico entre el personal, para Saitama era simplemente otro día.
El SCP-049, conocido por su habilidad para poner fin a la vida de aquellos a quienes toca y su pintoresca apariencia de doctor de la peste, que realmente no era un traje, sino su forma real, llevaba una marca inconfundible en su máscara: un puño. Saitama había encontrado al fugitivo y, como era de esperar, lo había contenido con aparente facilidad.
La anomalía de SCP-049 siempre había sido motivo de preocupación y cuidado extremo. Los protocolos dictaban que cualquier contacto con él debía evitarse a toda costa para prevenir consecuencias fatales. Sin embargo, la relación de Saitama con las anomalías desafiaba las expectativas convencionales.
Saitama caminaba junto a SCP-049, manteniendo una calma aparentemente imperturbable. Aunque la criatura anómala se encontraba contenida y en camino de vuelta a su celda, el personal que observaba la escena desde la distancia no podía evitar preguntarse cómo Saitama podía interactuar con SCP-049 sin sufrir las consecuencias mortales que otros experimentarían.
La marca de un puño en la máscara de SCP-049 era un testimonio visual de la capacidad única de Saitama para lidiar con anomalías de una manera que desafiaba las reglas establecidas por la Fundación SCP. Para el hombre calvo, parecía ser simplemente otra tarea más en su día laboral, una tarea que realizaba con la misma indiferencia que cualquier otra.
Mientras Saitama continuaba su marcha, el personal observador quedaba en un estado de asombro. La capacidad del héroe calvo para interactuar con SCP-049 sin aparentes
repercusiones dejaba una serie de preguntas sin respuesta. ¿Era Saitama inmune a los efectos de SCP-049, o había algo más en juego? La Fundación SCP, acostumbrada a lo anómalo, se encontraba ante otro misterio que requeriría una investigación más profunda. Mientras tanto, Saitama, ajeno a las preguntas que surgían a su alrededor, continuaba con su trabajo diario, desafiando las expectativas y llevando a cabo su peculiar enfoque en la contención de anomalías.
Mientras escoltaba a SCP-049 de vuelta a su celda, Saitama se encontró con el Dr. de la Peste, la entidad humanoides conocida por su aspecto medieval y su supuesta capacidad para "curar" a través del contacto físico. El Dr. de la Peste, con su característica máscara y atuendo, miró a Saitama con una mezcla de desprecio y desafío.
"¡Perdone, señor, pero no es así como se trata a un doctor, pido un poco mas de respeto a mi labor y persona" exclamó el doctor de la Peste, levantando la voz en una mezcla de indignación y autoridad.
Saitama, con su típica indiferencia, se volvió hacia él y respondió: "No eres un doctor. Eres solo una criatura rara que mata todo lo que toca y dice que lo está curando. No me importa tu disfraz de médico".
Esta observación provocó una reacción indignada del SCP, quien comenzó a elevar aún más la voz en un intento de imponer su autoridad. Sin embargo, antes de que pudiera continuar, Saitama alzó el puño, recordando la marca de su último encuentro con la cara del SCP, y el doctor decidió callarse abruptamente.
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SCP: One Punch Man
FanfictionUna misteriosa oferta de trabajo lleva a Saitama a un mundo de criptidos, objetos malditos y monstruos interdimensionales