Junghope_ VIKING

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Hoseok sentía que sus pies no daban más, pero las ganas de huir impedían que se detuviera, había perdido sus zapatos altos en algún momento y era una huida lenta, pues le perjudicaba tremendo vestido y el exagerado velo que no dejaba de atorarse por donde cruzarán, Seokjin estaba detrás suyo intentando entre tropezones desprender la tela o romperla, mientras Taehyung los guiaba, sin embargo un mal paso lo desubicó, dejándolo al borde de un colapso cuando los grandes muros impidieron su huida.

—Maldición—. Seokjin por fin logro desprender la tela, sin embargo el insultó de su hijo logro que olvidara su logro y se centrará al problema.

Las paredes se alzaban con gloria, como burlándose de su patético intento de escape.

Hoseok sentía que lloraría de la desesperación, él solo quería ser libre.

—¿Qué hacemos?—. Pregunto el omega mayor, mirando a su hijo.

Taehyung iba a tomar la iniciativa de caminar, cuando unos enormes cuerpos hicieron sombra en su camino.

Levantando los ojos se encontró con dos hombres tan altos como él o un poco más, de robustas figuras y apariencia salvaje.

"Los vikingos"

Saco su espada mirando a las figuras brutales frente suyo, había desempeñado como general a corta edad por sus habilidades de lucha y aunque muriese, no permitiría que lastimases a los dos omegas más importantes en su vida.

Por otro lado Jungkook quedo en estado de fascinación, cuando sus ojos se perdieron en el bonito omega de cabellos negros, blanca piel, los ojos pequeños en tonos gris azulado con largas pestañas oscuras y de labios seductores en forma de corazón.

Pudo apreciar que vestía un vestido, a pesar de ser hombre, lo que era muy normal de ver en sociedades como esas, donde los omegas macho eran considerados tan delicados por tener órganos reproductores femeninos y los alfas prejuiciosos -hombre o mujer- se sobre ponían a ellos. Haciéndolos vestir así, no le quedaba mal la tela blanca acentuaba la figura curveada del pequeño omega que olía extremadamente delicioso.

Como un campo de tulipanes y un lago con flores de loto.

—Que belleza—. Casi le gruñe sin poder evitarlo a Namjoon, pero al mirar a esté pudo ver que estaba lo suficientemente perdido en la figura del otro omega, que aunque tenía facciones maduras, era igualmente bonito.

Seokjin noto la mirada del alfa de piel morena y no dudo en bufar.

Taehyung por su parte aún tenia una posición de ataqué.

Hoseok miró perplejo al apuesto hombre de cabellos castaños que parecía joven, un hombre a toda palabra, con sus poderosos brazos llenos de tatuajes resaltando en esa armadura y piel descubierta. Sin embargo no era momento para enamorarse por primera vez en su vida, claro que no, no cuando el pánico lo tenía invadido y la necesidad de escapar era más grande, que cualquier hombre atractivo.