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Su respiración era calmada, su cuerpo tenía una mejor temperatura, las heridas de su rostro y piernas habían sido curadas, su cabello ya no estaba echo un nido, y toda la suciedad de su cuerpo había sido limpiada en un baño caliente y relajante.

Cuando la princesa abrió los ojos lentamente, espero sentir y ver la humedad y oscuridad de su celda, aquella a la que se había acostumbrado a despertar cada día. También espero sentir la dureza del suelo de piedra donde dormía, o al menos escuchar el ruido de la celda de Jeongyeon.
Sin embargo, lo que vio, fue su balcón a pocos metros de su cama, donde se veía el sol y las nubes naranjas mientras la nieve caía, seguro la noche caería pronto. A un lado su clóset, al otro su tocador. Sus manos aún entumidas, sintieron la suavidad de sus cobijas de franela, su almohada, el camisón nuevo y limpio que traía puesto, sus propias manos y rostro.

Aún estaba desorientada, no recordaba mucho, lo último en su mente fue el desmayo después de...

Aquel pensamiento la hizo incorporarse abruptamente, pero rápido se arrepintió cuando sintió un ligero dolor debajo de su vientre, masajeó la zona con una pequeña mueca mientras se sentaba lentamente en la cama. Se tomó un momento para calmar el dolor, y después aclarar su vista a su alrededor, era su habitación, no era ningún sueño o ilusión.

Ya no estaba oscuro.

Ya no había humedad.

Y ya no tenía frío.

Verónica sonrió orgullosa de si misma por aguantar tanto tiempo,y no morir en el intento, quiso gritarle a su padre en ese momento que nada iba a matarla, pues ya tenía una gran responsabilidad en manos. Jamás había confiado tanto en si misma, ahora estaba bien, a salvo junto a su amiga y su bebé.

Lo último la hizo bajar la mirada inconscientemente hacia su "vientre de embarazada", pero claramente no encontro su barriga hinchada, estaba plana, sin ningún indicio de que estuvo abultada. Removió suavemente las piernas, esperando algún dolor fuerte por el reciente parto, pero lo único que sintió fue el típico ardor, no dolía, solo... ardía, y no era muy incómodo como esperaba.

Con curiosidad, ignoro aquello e intento levantarse de la cama, sus piernas le fallaron un poco, y lo entendía, aún seguía débil por la desnutrición que paso en sus días en la celda.

Pero estaba ansiosa, deseaba verlo, conocer y tomar a su bebé en brazos, había dormido una gran siesta, ya era momento de encargarse de su bebé.

Antes de poder dar un paso descalza, la puerta de su habitación fue abierta, y cuando volteo, miro a Jeongyeon, quién la miraba con sorpresa. Ella también lucía mucho mejor, ya no estaba sucia, su cabello rubio y corto estaba ahora bien peinado, sus maltratadas manos ahora se veían suaves, y su ropa...¿Estaba vestida de sirvienta?

-Jeong-

La rubia no la dejo terminar, pues se acercó a paso rápido, envolviendola entre sus brazos en un fuerte y emotivo abrazo que Verónica no dudo en corresponder.
Las dos amigas lagrimearon de felicidad y conmoción, era su primer abrazo, y contacto físico (Además de aquel contacto de manos) desde que fueron encerradas, y ahora, estaban ahí, en la habitación de la princesa, con mejor aspecto y abrazadas fuertemente.

-¿Por qué has tardado tanto en despertar? tonta -fue lo primero que escucho Verónica, el tono de su amiga era a forma de regaño y alivio.

No entendía a qué se refería ¿Tardar tanto en despertar? ¿Pues cuánto duró su siesta?
La estrecho cariñosamente entre sus delgados brazos, balanceando suavemente el abrazo para tranquilizar un posible sollozo de la rubia. Aquello pareció funcionar, pues Jeongyeon parecía más tranquila, relajando su mejilla en su hombro.

ON [Kim Namjoon & Occ/Female]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora