⚠️Alerta de spoiler, no leer si no leíste el manga previamente⚠️
La historia continua después de aquél final, narrando la vida de cada uno de los miembros de la pandilla Touman, centrando en Mikey y Takemichi, quienes son los únicos que conocen el d...
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Pov: Manjiro Sano
La percepción de como había empujado el filo de aquella katana en el cuerpo frágil y lastimado de Takemichi había quedado grabado en su memoria. La sangre tibia y el olor a hierro aun podía percibirse en su piel y sus fosas nasales. Y aun después de ver el rostro de ese tonto rubio, se dio cuenta que aun sonreía.
¿Qué era exactamente lo que había hecho? lo había golpeado hasta dejar su rostro irreconocible, y lo había apuñalado, justamente a ese chico que tanto atesoraba y miraba en él a su hermano mayor Shinichiro.
La realidad era mas cruda que su propia soledad, había prometido cuidar de todos ¿Por qué tuvo que regresar y buscarlo?, ¿Por que simplemente no se rendía?... Claro él era Takemichi Hanagaki, alguien que jamás se rendía, aunque su oponente fuese mucho mas fuerte que él.
Fue entonces que se dio cuenta de lo que Hanagaki estaba haciendo, le estaba entregando su vida para salvarlo y él, Mikey, simplemente la había tomado.
—¡¡TAKEMICHI!!— Gritó soltando la katana de su empuñadura que aun yacía clavada atravesando el cuerpo de Takemichi, quien valientemente sonreía y lloraba al mismo tiempo.
Manjiro Sano, tomó entre sus brazos a su amigo y le abrazó entre un llanto abrumador y tormentoso, como un chubasco que emergía desde lo mas profundo de su corazón.
Lo perdió todo, Kenchi, Baiji, y ahora a Takemichi.
De pronto el cuerpo de Takemichi perdió calor y sus extremidades se soltaron y no fueron capaces de aferrarse al abrazo de su amigo, su cuello perdió la rigidez que sostenía su cabeza y descansó sobre el hombro de Mikey, esta vez con los ojos cerrados... Takemichi estaba muerto.
Frente a los ojos atónitos de los sobrevivientes de las dos bandas, la Tokio Manji que lideraba Takemichi guardó un sepulcral silencio seguido por sus enemigos que aun podían sostenerse a duras penas en pie; Y entonces todos fueron testigos del final para ambos, Mikey se derrumbó, la tristeza de haberlo perdido todo lo mató mientras sostenía la mano de Takemichi.
Cuando los sobrevivientes se acercaron a comprobar su estado, descubrieron que ambos habían muerto con rastros de lágrimas entre sus ojos.
Las sirenas que anunciaban la llegada de la policía los hicieron dispersarse, y la historia de dos amigos que estaban dispuestos a entregar su vida el uno por el otro quedó grabada en el recuerdo de la sociedad de aquella dimensión.
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Manjiro Sano un pequeño de ocho años se removía inquieto sobre la cama, su pequeña hermana Emma y Shinichiro, su hermano mayor le miraban con gracia.
