Hola "Takemtichi", llámame "sempai"

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Transcurrieron los años y Mikey sintió qué conforme el tiempo transcurría, una brecha entre él y Takemichi se abría, una brecha invisible pero enorme, y era consciente de como la amistad de Chifuyu y Takemichi había crecido hasta convertirse insep...

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Transcurrieron los años y Mikey sintió qué conforme el tiempo transcurría, una brecha entre él y Takemichi se abría, una brecha invisible pero enorme, y era consciente de como la amistad de Chifuyu y Takemichi había crecido hasta convertirse inseparables.


Mikey de alguna manera se sintió desplazado, olvidado y había comenzado a sentir una punzada de celos, aún cuando Draken le hacía ver una y otra vez, que ese par se habían encontrado y entendido simplemente, y solo estaba exagerando.

-Vamos, Mikey, estás exagerando, ¿De verdad vas a actuar como un chiquillo enamorado? -

Se burló Draken frente a Baiji y Kazutora, quien abrazaba y revolvía el cabello del chico.

-Takemitchi es mío, yo lo conocí antes que todos-


Su mirada se oscureció dejando atónito por la expresión asesina en el rostro de Mikey, esa qué siempre colocaba cuando estaba realmente enojado.

- Takemitchi, jamás volvió a ser el mismo desde que... -

No pudo terminar de hablar por que un alto pelinegro golpeó directo a su cabeza.

-¿Desde cuando te interesan los chicos Manjiro? Se conocen desde niños, ¿De verdad gustas de Takemichi? - Shinichiro se sentó y todos soltaron un par de carcajadas, Manjiro se marchó en ese instante y se encerró en su habitación.

Los años habían transcurrido tan rápidamente qué ahora ya se encontraban en la edad en la qué todos tenían cuando conocieron a Takemichi en la otra línea de tiempo, sin embargo seguían siendo una banda hermana de Black Dragons, una banda qué salía a correr en moto y seguía haciendo viajes a la playa, en la qué solían golpear a tipos engreídos que abusaban de su poder y dañaba a la gente común, en realidad en lugar de Sentirse delincuentes, ellos se sentían justicieros. Takemichi ya no era el cobarde inútil qué había sido en el pasado, Mikey había invertido tanto tiempo en entrenarlo, que ahora era incluso capaz de derrotar a Baiji, sin embargo era demasiado emocional como para usar toda su fuerza en contra de sus amigos, jamás cestaba el golpe final y terminaba por sonreír a sus oponentes y ofrecerles una mano para ayudarles a levantarse.

Extrañamente eso le hacía sentir una extraña sensación en el pecho, Mikey era frío, y a veces carecía de bondad y empatía, y solo podía ser así con Takemichi, pero ahora pasaba más días al lado de Chifuyu, salían juntos, comían juntos, Chifuyu seguía más a Takemichi, que lo que seguía más en el pasado a Baiji. Se dio cuenta que conocer a Takemichi en el pasado solo había causado esa enorme brecha entre ellos.

Aun así Takemichi no podía sentir esa brecha, porque seguía siendo igual de sonriente y amable con todos, pero le molestaba ser como uno más en la vida de Takemichi, y que fuera Chifuyu quién se robara el trato especial.

Mikey tenía que hacer algo, de lo contrario no podría hacer nada al respecto para recuperar al tonto rubio.


No tardó tanto en citar a todos los que conformaba la pandilla de la Tokyo Manji, por supuesto Shinichiro sospechaba qué su hermano menor planeaba algo, así que mandó a Koko e Inui a averiguar que tramaba Manjiro. Izana quién no toleraba la idea de unirse a una banda de pubertos había decidido quedarse en Black Dragons.


Un día después del finalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora