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⸻❛ CRY BABY ❪ capítulo dieciocho ❫
HABÍA GENTE APIÑADA AFUERA de su salón de clases durante el resto del almuerzo, después de que Seojun y Suho fueron llevados a la oficina y Jugyeong, Yeori, Soojin, Sooa y Taehoon regresaron a su clase. La noticia se difundió más rápido de lo que Yeori podría haber esperado y ella se sentó, incómoda más allá de toda duda, por alguna extraña razón, mientras todos charlaban y chismorreaban sobre estos dos chicos peleando por Jugyeong.
Jugyeong, como si hubiera estado en la cafetería, estaba completamente abrumada por la vista que la rodeaba. Con los ojos muy abiertos, parecía completamente desconcertada mientras la molestaban continuamente preguntas y menciones de un rumor en particular que se había escuchado; que los dos chicos habían invitado a Jugyeong a salir, y no parecía haber nada que Jugyeong pudiera decir que pudiera refutar las ideas de la gente al respecto.
Y para agregar incluso más leña al fuego, por así decirlo, Chorong y el grupo de chicos que normalmente seguían a Seojun aparecieron en la puerta exigiendo que Suho fuera con ellos. Seojun no estaba a la vista, y aunque parecía haber algún tipo de vacilación que se vio cuando Yeori les preguntó qué pensaban que estaban haciendo, algún tipo de respeto sobrante por ella que estuvo presente en todas y cada una de las conversaciones que tuvo con ellos, Suho fue con ellos de todos modos.
Lo siguiente que supo fue que Suho, quizás por primera vez en su vida, estaba detenido, al igual que Chorong y sus amigos y, sin ninguna sorpresa, Seojun también. Debían limpiar el gimnasio. Seojun se había visto obligada a asumir la mayor parte de la culpa por la pelea, a pesar de todos los factores, y Chorong se lo había dicho cuando estaba tomando una bebida de la máquina expendedora antes de salir a bailar.
Fue una buena sesión. Algunas otras personas que asistían regularmente a las mismas clases y talleres que ella estaban allí, por lo que todos se agruparon para trabajar durante aproximadamente una hora en uno de los estudios principales antes de irse para permitir que se llevara a cabo una clase. También se reunirían al día siguiente, una y otra vez, y luego, el sábado por la tarde, todos los involucrados en el taller regresarían para actuar ante el instructor. Quien fuera el mejor, votado según el nivel de apoyo de los demás que habían participado, aparecería en las diversas redes sociales del estudio y, la parte favorita de Yeori, recibiría una bebida o una comida.
Y ella nunca iba a rechazar la posibilidad de ganar comida o bebida gratis.
Tenía una clase de ballet por la noche, sin embargo se dio cuenta de que había dejado sus zapatos en casa y, por capricho, le dijo a su padre que recogería a Donghyun de su práctica de fútbol en su escuela. El equipo de fútbol de su escuela secundaria casi había duplicado su tamaño ese año y necesitaban un campo más grande para practicar, por lo que se había organizado que la escuela secundaria en el mismo distrito en el que la escuela secundaria Saebom pudiera usar su campo.
Era más que útil y, a menudo, Yeori se quedaba cerca para recogerlo y caminar a casa con él, obsequiando su propio refrigerio en el camino. Ese era su plan para el tiempo que tenía que matar antes de la clase de ballet, eso y algo de tarea cuando regresara antes de tener que irse nuevamente. Estaba todo muy ocupado, pero Yeori sacrificaría cualquier tiempo de relajación si eso significaba poder equilibrar su baile y su vida escolar.
Caminó por el frente de la escuela, tratando de evitar la mirada de los profesores que apenas salían, particularmente del decano, a quien nunca le había gustado del todo, hacia la cancha, de pie de espaldas al pasillo del gimnasio y Con los brazos cruzados en el ligero frío de la noche, observando cómo la práctica llegaba lentamente a su fin.
──Hola ──Seojun se metió las manos en los bolsillos mientras se acercaba detrás de ella. Sabiendo lo nerviosa que podía estar cuando no prestaba atención, anunció su presencia mucho antes de lo habitual. Pensé que tal vez no sería el mejor momento para enojarla más de lo necesario.
Yeori se giró y lo miró antes de regresar al juego──. ¿Por qué siempre estás en cada lugar donde yo estoy? ──ella suspiró.
──Podría hacerte la misma pregunta, pero parece que tienes una buena excusa ──Seojun logró encontrar a Donghyun en el campo──. Está mucho mejor que la última vez que lo vi jugar.
──Sí, ha pasado un tiempo ──respondió Yeori──. Él entrena mucho, quiere unirse al equipo del país cuando sea mayor, competir en la Copa del Mundo.
──¿Sí? ──Seojun asintió lentamente──. Detención. Acabo de terminar la detención.
──Ya me lo imaginaba ──respondió Yeori──. Sabes que no dejará de hablar de esto cuando te vea.
──Bien. He extrañado al chico ──Seojun la miró con recelo. Fue casi... casi incómodo. El día anterior no habían estado discutiendo, y Yeori no había comentado nada, y era extraño. No estaba acostumbrado a ello. Quizás simplemente se había resignado al hecho de que todo lo que él hiciera podría enojarla, o simplemente estaba cansada de todo. En realidad no la culpaba y algo en él se alegraba de que no estuvieran discutiendo. Pero ahora no lo eran, ¿qué tenían?
Era confuso y complicado, y se encontró pensando que preferiría tener peleas, palabrotas y todo lo demás que nada.
──¿Por qué tuviste que luchar contra Suho? ──ella preguntó. Y ahí estaba, Seojun no se atrevió a suspirar de alivio, ese borde de pura molestia en su voz con el que estaba más que familiarizado. Ella ni siquiera lo miró, solo observó cómo el árbitro hacía sonar el silbato y los chicos salían del campo para recoger sus bolsos y abrigos y regresar a casa.
──Porque es su culpa ──respondió, con voz fría otra vez, nada como esa ligera calidez que había estado ahí cuando hablaba de Donghyun.
Yeori entrecerró los ojos. Ella casi se rió──. Eso es tan jodidamente estúpido ──dijo ella y se alejó de él──. Bastardo ──ella murmuró en voz baja y Seojun se burló, antes de darse la vuelta y alejarse.
