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El estadounidense se encontraba en un bar.

Cuando un desconocido, con ciertos aires de grandeza, se acercó a él con un tono de coqueteo increíble.

- Uff, como es que tanta belleza puede estar frente a mí. ¿Estás solo, bombón? -  le espetó el extraño.

El estadounidense, sin titubear, respondió con firmeza - No, y le recomiendo que se vaya, imbécil.

Persistente, el desconocido continuó - Pues yo te veo muy solito. ¿No quieres compañía?

El estadounidense, manteniendo su postura, replicó - No, ¿No ves que estoy con mi novio?

- Ay, dulzura, como te haces el difícil, eso me gusta. - El coqueteo irrespetuoso no cesaba.

Mientras el estadounidense se veía envuelto en esta incómoda situación, vió de reojo al ruso acostado en la barra. No sabía si había bebido pero intuía que posiblemente estuviera borracho, lo cual no ayudaba a su situación.

Necesitaba su apoyo pero no lo tenía.

El desconocido, sobrepasando los límites del respeto y básicamente toda cordura, comenzó a toquetear al estadounidense. Este, en un acto de defensa, le blandió un puñetazo en la cara y una patada en sus partes.

- Siento mucho todo el escándalo Pablo, te dejo una propina - agarró al ruso para retirarse del lugar, pero, antes de salir añadió - Lo siento cariño pero esta dulzura tiene novio y es nada más y nada menos que esta preciosura.

Todos los que veían el jaleo lo vieron raro.

Todos los que veían el jaleo lo vieron raro

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- Sabes porque nos hemos reunido.

- Sí, yo también estoy preocupado por él. ¿Cómo podemos ayudarle?

- No lo sé, no sé cómo ayudar, qué decir o qué hacer con él..

El estadounidense buscaba al ruso con una creciente sensación de preocupación

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El estadounidense buscaba al ruso con una creciente sensación de preocupación. Había salido brevemente para recoger la comida adomicilio antes ordenada, y ese breve lapso fue suficiente para que el ruso desapareciera de su vista.

- Esto no es divertido, ¿Dónde est...? ¡Ah! - Un repentino y agudo dolor de cabeza interrumpió sus palabras, pero lo ignoró, continuando su búsqueda. - Si estás jugando, está bien -  aplaudió al aire, aunque la sensación de desconcierto todavía lo envolvía. - Ganaste, pero sal -  suplicó en vano, consciente de que ya no tenía más lugares donde buscar en ese espacio no muy grande.

Finalmente, considerando todas las posibilidades, dirigió su atención a la cama. Debajo de ella, para ser más preciso. El ruso tenía una cama con cajones debajo, y aunque le parecía improbable, decidió que debía explorar cada rincón posible.

Al levantar el canapé de la cama, sus ojos se encontraron con el ruso, quien yacía allí en silencio. Un suspiro de exasperación escapó de los labios del estadounidense. 

- Maldito borracho, ¿no podías dormir como una persona normal, encima de la cama?

El ruso, en respuesta, emitió un gruñido que resonaba como el de un animal salvaje. - Animal sarnoso, más que nos compré comida a estas horas. Pues bien está biem - concluyó el estadounidense con resignación, cerrando la cama y tumbándose sobre esta para posteriormente tener un dulce y relajante sueño de más de 10 horitas.

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NO RECORDABA LA ESCENA DE LA CAMA JAJAJAJAJAJ

Meow~

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