—Amor, ¿vendrás a dormir mañana?
Max se mordió el labio inferior y miró a Oscar con atisbos de pena. A Oscar le empezaba a causar incertidumbre la actitud de Verstappen, el rubio apareció en su casa con un humor de perros y después se la pasó tristón. Bien, él reconocía que Buscando a Nemo era un poquito triste pero no tanto. Sobre todo, Max no le prestó atención a la película, tal parece que muy ocupado con sus pensamientos no se fijó tampoco en el gesto curioso de Oscar en lo que duró el filme.
—No creo... Checo y yo peleamos otra vez, me siento mal por haberme ido así, sin arreglar las cosas.
—Oh, entiendo. Ustedes necesitan hablar seriamente. —Oscar se confundió aún más cuando la cara de su amigo palideció, como si hablar con Sergio lo asustara. ¿No quería arreglarse con él, entonces? —¿Max, estás bien?
—No quiero hablar sobre eso, volveremos a pelear. ¿Qué pasa si me termina? Oscar, Sergio es bastante impulsivo, tú sabes. Él intentará tomar la peor decisión.
—¿La peor? Max, llevan así meses. La verdad es que un tiempo no suena tan mal... Quizás algo temporal para que experimenten, separarse no significa que terminen para siempre. Yo creo que tú estás bastante confundido sobre si lo quieres todavía porque pasas muchísimo tiempo conmigo aunque tengas la oportunidad de estar con Sergio. No estoy diciendo que sientas algo por mí, sino que es posible que quieras regresar a la soltería...
—¡NO! ¡Silencio! ¡Oscar, qué dices! Yo amo a Sergio. Solamente creo que es lo normal estar alejados a veces, ¿no? Cuando estás mucho tiempo con alguien, te puedes aburrir.
Oscar saltó en su lugar asustado. Max estaba alterado con solo la idea de alejarse de Sergio, lo suyo era para siempre. Eran una misma pieza que encajaba, no funcionaban sin el otro.
—Solo digo... —Soltó un gran suspiro, levantando los brazos como un inocente. —¿Entonces qué harás?
—Nada. Siempre regresamos a lo normal cuando llego a casa.
—¿Sergio no intenta hablar contigo?
—Dejó de hacerlo después de un tiempo.
—Eso quiere decir que se está cansando... —Oscar susurró, más para sí mismo que para Max.
No podía evitar sentirse culpable. Era siempre él en medio de ellos. Por alguna razón, Max siempre buscaba a Oscar luego de alguna disputa con su novio. Las primeras veces entendió pero a la séptima vez que Verstappen le pidió dormir en su casa, empezó a creer que confiaba más en él que en sus otros amigos. Debido a ello, nunca se negó a prestarle sus brazos como consuelo pero verse involucrado en una riña de pareja comenzaba a incomodarle.
Al día siguiente, llegando a casa, Max tocó la puerta esperando ser recibido por su novio. Por primera vez, iba a disculparse. Hablar con Oscar toda la noche le había ayudado a comprender los sentimientos de Sergio. Siempre estaba viendo todo desde su perspectiva y no notaba cómo estaba afectando a la gente a su alrededor. Estaba siendo egoísta.