Lunas y Estrellas-WOLFSTAR

2- Obsesión Silenciosa

Sirius persistió en sus intentos de estar más cerca de Remus. Intentaba encontrar momentos a solas con él, pero cada oportunidad se desvanecía entre conversaciones interrumpidas y compañeros que se unían a ellos. Aun así, no se dio por vencido.

Sin embargo, conforme sus intentos se intensificaban, Sirius notaba algo diferente. Otros también parecían buscar la atención de Remus. Desde miradas furtivas hasta intentos evidentes de acercamiento, era evidente que no era el único encantado por el carisma de Remus.

A pesar de los esfuerzos de Sirius, descubrió que más personas parecían interesadas en el chico lobo. James mencionó una tarde cómo algunas chicas de Hogwarts no dejaban de hablar sobre Remus, y Sirius escuchó a algunos de los chicos de otras casas mencionar lo genial que sería ser "amigo" de él.

La competencia por la atención de Remus era clara y Sirius se sintió inquieto. ¿Cómo podía destacar entre aquellos que también buscaban su afecto? No solo estaba luchando contra el tiempo y las oportunidades perdidas, sino también contra otros pretendientes.

Comenzó a sentir la presión, la necesidad de actuar rápido antes de que alguien más se adelantara. Pensó en diferentes estrategias, cómo impresionar a Remus o llamar su atención de una manera que nadie más pudiera.

Decidió recurrir a su habilidad para hacer reír a la gente, buscando resaltar entre la multitud que intentaba capturar el interés de Remus. Organizó bromas en la sala común, siempre con la esperanza de que Remus notara su esfuerzo. Pero, aunque su carisma y sus bromas a menudo provocaban risas, parecía que Remus estaba distraído o simplemente no lo veía de la manera que Sirius deseaba.

La competencia por Remus se intensificaba día a día, y Sirius se encontraba en una carrera contra el tiempo y otros pretendientes, luchando por encontrar una forma de distinguirse y capturar el corazón de aquel que se había convertido en su obsesión silenciosa.

Sirius finalmente encontró un breve momento a solas con Remus en los terrenos de Hogwarts, cuando ambos se encontraron de camino a una clase.

Respirando profundamente para contener sus nervios, Sirius decidió aprovechar esta oportunidad única.

-Hola, Remus, ¿te importa si caminamos juntos a clase? -preguntó Sirius, tratando de sonar casual mientras caminaban.

¿Desde cuando me preguntas si quiero caminar contigo?-respondió Remus con su sonrisa característica (la cual Sirius describiría como simplemente perfecta), lo cual hizo que el corazón del otro emperezara a latir como loco- ¿te sientes bien?, estás muy rojo, ¿quieres que te acompañe a la enfermería?- dijo amablemente el castaño.

-Me siento bien-soltó una risita nerviosa.

Sirius se sintió aliviado por el tono amigable de Remus y decidió dar un paso más. Quería decirle cómo se sentía, pero las palabras se le atascaban en la garganta.

-¿Tienes planes para el fin de semana? -preguntó, intentando encontrar una manera suave de llegar al tema que tanto le preocupaba.

-Oh, no realmente. Probablemente solo estudiaré un poco y me relajaré. ¿Tú? -Remus respondió, mirándolo con curiosidad.

Sirius intentó encontrar el momento adecuado, pero antes de que pudiera decir algo, el sonido de la campana que indicaba el inicio de la clase los interrumpió.

"¡Maldición!", pensó Sirius, frustrado por perder otra oportunidad. Sin embargo, decidió no darse por vencido.

Mientras caminaban hacia la clase, Sirius tomó aire y se detuvo antes de entrar.

-Remus, espera un momento, hay algo que quería decirte.

La expresión de Remus cambió ligeramente, mostrando un atisbo de intriga mezclada con sorpresa.

-¿Qué pasa, Sirius?

Sirius tragó saliva, nervioso pero decidido intentar al menos invitarlo a salir.

-Verás, he estado pensando que nosotros podríamos...

Pero antes de que Sirius pudiera terminar su confesión, alguien los interrumpió abruptamente al pasar corriendo.

-¡Lo siento chicos, pero llego tarde! -gritó Peter, desviando la atención de Remus hacia él.

Sirius cerró los ojos por un momento, sintiendo la oportunidad esfumarse entre sus dedos una vez más. Pero decidió que no se rendiría y buscaría otro momento para expresar lo que sentía por Remus.

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