6-Celos

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Sirius se sentía atrapado en un torbellino de emociones mientras se acercaba el día de la cita de Remus con el chico de Hufflepuff. El sábado por la tarde, la tensión se palpaba en el aire. Remus parecía nervioso desde la mañana y no podía evitar preguntarles a los chicos repetidamente si se veía bien.

Con un suéter que hacía resaltar la calidez de sus ojos y el cabello ligeramente desordenado que lo hacía ver encantador, Remus se veía absolutamente hermoso. James y Peter no dejaban de elogiarlo y animarlo, pero Sirius se mantuvo callado, intentando disimular sus celos y emociones encontradas.

Cada vez que cruzaba miradas con Remus, no podía evitar notar lo deslumbrante que se veía, y eso solo hacía que su estado emocional fuera más complicado. El nudo en su estómago era casi insoportable.

En un momento, mientras los demás chicos estaban ocupados buscando algo más para que Remus usara o dándole consejos, Remus se acercó a Sirius, notando su actitud distante.

-¿Estás bien, Pads? -preguntó Remus, con una expresión de preocupación en su rostro.

Sirius se esforzó por mantener la compostura, tratando de ocultar sus sentimientos.

-Sí, claro, estoy bien. Solo pensando en cosas, no te preocupes -respondió Sirius, intentando sonar tranquilo.

Remus lo miró con cierta duda, pero finalmente asintió con una sonrisa forzada, aunque parecía notar que algo no estaba del todo bien.

El corazón de Sirius latía con fuerza mientras veía cómo Remus se preparaba para su cita. Intentaba calmar sus propias emociones, recordándose a sí mismo que quería lo mejor para Remus, pero la sensación de pérdida y celos no dejaban de atormentarlo. A pesar de todo, intentó mantener una fachada de apoyo y deseó en silencio que todo saliera bien para su amigo.

...

Sirius se sentía abrumado por una mezcla de emociones mientras el chico de Hufflepuff llegaba a la sala común de Gryffindor para llevarse a Remus. Observó en silencio cómo se marchaban juntos, sintiendo un vacío en su interior y un nudo en la garganta. Se quedó allí, con la mirada perdida, preguntándose por qué se sentía tan mal.

La tarde transcurrió en un estado de ánimo sombrío para Sirius. Estaba visiblemente molesto, y apenas podía contener su frustración mientras conversaba con James en voz baja, sin querer despertar a Peter que dormía en la habitación compartida.

-¿Cómo pudiste animar a Remus a salir con ese chico? -le espetó Sirius a James, con un deje de irritación y preocupación en su tono de voz.

James, algo sorprendido por la reacción de Sirius, intentó calmar las cosas.

-Lo siento, Sirius, solo quería que Remus tuviera una cita, pensé que sería bueno para él -respondió James, tratando de explicar su perspectiva.

-¿Y por qué no lo detuviste? ¿Acaso no sabes lo que eso podría significar? -replicó Sirius, mostrando una mezcla de molestia y preocupación.

James frunció el ceño, sin esperar esa reacción tan fuerte por parte de Sirius.

-¿Qué significa? ¿De qué estás hablando? -preguntó James, intentando entender mejor la situación.

Sirius se recostó sobre su cama, frustrado y confundido.

-No lo sé... -susurró Sirius, incapaz de expresar claramente lo que sentía. -Solo siento que podría... perderlo, ¿entiendes?

James se acercó más a Sirius, tratando de ser reconfortante.

-Lo entiendo, pero, ¿perderlo?, sabes que eso nunca va a pasar, el es nuestro Moony-preguntó James, tratando de dilucidar la preocupación de su amigo.

Sirius suspiró, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para explicar sus sentimientos complicados y confusos.

-Solo... no quiero que las cosas cambien entre nosotros, James. Y esa cita... podría hacer que todo sea diferente -confesó Sirius, mostrando su vulnerabilidad.

James asintió comprensivo, intentando tranquilizar a su amigo.

-Entiendo, Sirius. Pero a veces, las cosas cambian para mejor. Solo trata de hablar con él, quizás te sorprendas, ya no puedes seguir ocultando tus sentimientos, solo te lastimas-aconsejó James antes de recostarse en su cama, dejando a Sirius sumido en sus pensamientos y preocupaciones.

Conforme avanzaba la noche, James y Peter ya estaban profundamente dormidos. Sirius fingió estar dormido cuando escuchó la puerta abrirse suavemente. Con discreción, entreabrió los ojos y vio a Remus entrar, portando una gran sonrisa que iluminaba su rostro.

Remus se recostó en su cama con una expresión feliz, sumiéndose rápidamente en el sueño. Mientras tanto, Sirius luchaba por comprender la razón detrás de esa sonrisa radiante. Se preguntaba qué habría sucedido en esa cita para que Remus estuviera tan contento. La incertidumbre y los celos lo carcomían por dentro, y no podía evitar sentirse confundido y emocionalmente agotado.

Horas después, en la penumbra de la habitación, escuchando la respiración tranquila de sus amigos dormidos, Sirius se sentía solo con sus pensamientos. Se dio cuenta de que, aunque quería lo mejor para Remus, sus propios sentimientos de tristeza y celos eran difíciles de ignorar. Se sumergió en una mezcla de emociones mientras reflexionaba sobre el significado de esa sonrisa en el rostro de Remus y se preguntaba qué cambios podrían ocurrir en su relación a partir de ese momento. Esta iba a ser una noche muy larga para Sirius.

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Lunas y Estrellas-WOLFSTARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora