Pov Nadie:
Rhaenyra estuvo consolando a su prima durante un buen rato después de lo que había sucedido, acariciando con suavidad y ternura su espalda, murmurándole que ya estaba a salvo y prometiéndole o más bien jurándole que aquel que intentara algo así nuevamente sería la próxima comida de Syrax, provocando que Laena riera un poco por aquello sin poder evitarlo, aunque realmente no dudaba de las palabras de su prima. Lo que había hecho aquel día era una clara demostración de lo que podía hacer si algo así se llegaba a repetir, y si lo que había sucedido allí se daba a conocer en otros lados, la gente debería de comenzar a darse cuenta de que era mejor no hacer molestar más a la Heredera al trono de hierro, mucho menos ahora que era una Alfa recién presentada a temprana edad.
A pesar de lo que muchos Lords decían de la Princesa sobre que ella no merecía ser la Heredera al trono, que ella no podría hacer las cosas que un hombre si, que era débil, todo eso y mucho más decían desde el día en que nació, solo por el simple hecho de ser mujer; Rhaenyra ha sabido enfrentarse a ellos y a las cosas que dicen sobre ella, aun con las negativas del Rey Viserys, la joven Princesa había empezado con prácticas de espada, defensa y caza desde que tenía aproximadamente seis onomásticos, siendo entrenada por el propio Ser Harrold, su tío Daemon y su prima mayor Rhaenys (*Rhaenys es prima de Viserys y prima segunda de Rhaenyra*), quienes son los tres mejores y más confiables para el cuidado, protección y enseñanza de la pequeña Princesa para que pudiera protegerse a sí misma y a otros si era necesario; a lo largo de los años ese entrenamiento que ha tenido desde niña le ha ayudado a la joven Targaryen en varias circunstancias.
Un rato después las dos adultas, las tres chicas y el chico se encaminaron al hogar de la familia Velaryon, entraron al lugar y fueron caminando por los pasillos hacia su destino, la joven Targaryen iba saludando como siempre a los sirvientes que se encontraban; mientras las mayores iban detrás del cuarteto de jóvenes, estos iban uno junto al otro mientras hablaban entre ellos, poniéndose al día después de tener tantos meses sin haberse visto y haber tenido poca comunicación a través de algunas cartas.
Si bien la Princesa estuvo sin ningún consuelo por parte de su padre, el cual debía ser el primero en brindarle su apoyo para que ambos se ayudaran mutuamente a sobrellevar el duelo de la Reina Aemma; ella no fue dejada de lado por sus familiares, Rhaenys, Daemon, los Velaryon y los Arryn siempre se aseguraron de estar en contacto con Rhaenyra, sabiendo que ella era la que necesitaba más que nadie el apoyo para sobrellevar la pérdida de su amada madre, ellos no iban a ser negligentes como Viserys, aunque no era nada nueva su negligencia para con su hija, desde el nacimiento de la chica el hombre fue muy negligente, muchas veces incluso poniéndola en un peligro inminente, ganándose el odio de todos ellos por sus imprudencias tanto hacia Rhaenyra como hacia la difunta Reina Aemma.
—Querida prima ¿Sabes algo del Príncipe Daemon? —preguntó de repente la mayor de las gemelas Velaryon, la cual estaba a la izquierda de la peliplateada y con su brazo derecho entrelazado con el izquierdo de ésta, llamando la atención de su prima, su hermana y hermano; estos últimos soltaron una risita de complicidad y diversión, ya sabiendo que ella preguntaría por el hombre en algún momento, por su parte la Targaryen la volteó a ver ligeramente sorprendida.
—Pensé que tu enamoramiento por mi tío era pasajero y que ya había pasado, prima —comentó entre afable y ligeramente sorprendida porque su prima mayor al parecer siguiera prendada del Alfa Targaryen; los sentimientos de la Velaryon hacia el hombre no eran nada nuevos a pesar de que él ya estaba casado. Ella pensó que Rhaella ya lo había superado pero tal parece que estaba equivocada.
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The Three Queens Of The Seven Kingdoms
FanfictionViserys: «Me casaré con Alicent Hightower». Rhaenyra: « ¿Qué? No, no te puedes casar con ella». Viserys: «Sé que es tu Dama y más querida amiga, pero la tomaré como mi esposa y Reina». Otto: «Usted también se casará con un hombre de una buena casa...