I feel bad | HyunLix

[ O8 ] No quiero

Felix estaba sentado en el piso de su habitación, estaba dibujando en una hoja blanca con las crayolas que Hyunjin le había regalado. Se veía más relajado que el día anterior por la tarde, y el quedarse en casa a pensar y dormir le había sido mejor que cualquier otra cosa.

— ¿En serio no tienes ganas de llorar? —Hyunjin se acercó con galletas y yogurt en sus manos, siendo arrebatados rápidamente por Felix, quien llevó dos a su boca. Se encogió de hombros y siguió coloreado el sol que había hecho— Sabes que no te entiendo cuando no usas palabras.

Tragó y le miró de reojo por un pequeño rato.

— No quiero hacerlo, prefiero ignorar un poco eso por lo que queda de hoy, ¿puedes intentarlo conmigo? —Llevó su mano hasta la del pelinegro, el cual le sonrió y asintió estando de acuerdo—

Eso no quitaba el hecho de que él estaba molesto, porque Chan no merecía a alguien como Felix. 

Más bien, no creía que alguien fuera lo suficientemente bueno para él, porque Felix era hermoso en todos los aspectos, pero en su gusto romántico siempre era un desastre. 

Los chicos eran similares; altos de hoyuelos y ojos hipnotizantes. Pero, le terminaban haciendo daño porque había alguien más en el juego.

Creía que el mundo era una mierda y lo confirmaba cuando Felix se acercaba y le abrazaba porque alguien le había lastimado. 

No sólo de forma romántica, porque recuerda bien cuando ese mismo Felix, pero una versión más chiquita y colorida, iba por su mano y le explicaba que unos niños le estaban lastimando porque decían que sus pecas eran feas. Y esa es una de las cosas que a Hyunjin le parecen más tiernas del menor; sus pecas. 

Recuerda bien que no sólo fue eso, que con el paso de las semanas las características de Felix eran objeto de burla y se iba apagando. Él luchó porqué ese brillo no se fuera totalmente, y hasta el día de hoy, seguía parte de eso en él. 

— ¿Recuerdas cuando nos conocimos? —El pelinegro le sonrió mientras veía los labios del menor formar una pequeña sonrisa mientras de sus labios caía un poco de yogurt—

— Sí, me acerqué a ti y te pedí que no volvieras a llevar tus colores porque opacaban los míos. —Sus ojos se cristalizaron y dejó las crayolas a un lado— Te sentiste mal y me dijiste que podíamos compartirlos, te abracé y no volvimos hablar, aunque cumpliste con lo que dijiste porque todos los días me dabas la mitad, y cuando necesitabas uno ibas y me lo pedías como si no fueras el dueño. —Cambió de lugar, posando su cuerpo a un lado de Hyunjin con sus manos entrelazadas y su cabeza en su hombro— Aún así, no éramos amigos.  

— Nos hicimos amigos ese día que esa niña se burló de tus cabellos, ella ni siquiera me caía bien y ese día me terminó de caer peor porque tú no te metías con nadie. 

— Debí defenderme de las burlas de todos. 

—Debiste, sí. Pero aún así yo seguiré aquí, Felix. 

‹ Permaneceré aquí siempre. › 

No aguantó más y comenzó a llorar, siendo abrazado por el mayor que le dejó seguir haciéndolo, pues le dolía, claro que sí. Pero, ¿qué podía hacer para que dejara de doler? 

Habían hecho promesas, se habían contado hasta lo más pequeño para no hacerse daño, se habían mirado con amor, y aún así eso no había sido suficiente. 

Y Felix creía que era su culpa, porque cree que pudo haber hecho algo más. Siempre se podía hacer más. 

— Sé que estas llorando por él. —Felix no lo negó, sólo se aferró más al cuerpo del mayor— Y me siento peor al saber que fue en mi fiesta donde lo conociste. Sé que no tengo la culpa, pero pude haber evitado esto. 

El menor no contestó, sólo se quedó ahí pidiendo un poco más de los brazos de Hyunjin.