Almas gemelas ~ Leah Williamson y tú

5.

Hola! Para cuando publique esto ya podréis leer el primer capitulo de mi nueva historia, espero que os guste!

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Al día siguiente, Leah y t/n despertaron juntas, abrazadas en la cama de Leah. La luz del sol se filtraba por las cortinas, creando un ambiente cálido y acogedor. Se miraron con sonrisas y compartieron un beso tierno antes de levantarse para empezar el día.

Decidieron disfrutar de un desayuno tranquilo juntas. T/n preparó algunas tostadas y frutas mientras Leah preparaba el café. Se sentaron en la mesa de la cocina, compartiendo risas y conversaciones relajadas.

—Anoche fue increíble, t/n. Gracias por hacerlo tan especial —dijo Leah, mirando a t/n con gratitud.

T/n sonrió. —Lo hice con gusto. Me encanta pasar tiempo contigo.

Después del desayuno, decidieron dar un paseo por el vecindario. De la mano, disfrutando del sol y la brisa fresca. Hablaron sobre sus planes para el día y compartieron sueños y aspiraciones.

Comieron en una terraza de Barcelona y pasearon de vuelta a casa. Al volver, decidieron pasar la tarde viendo una película en el sofá. Se acurrucaron juntas, disfrutando de la compañía mutua. Durante la película, Leah pasó suavemente el brazo alrededor de t/n, creando un vínculo más cercano entre ellas.

Después de la película, mientras Leah y t/n compartían risas y susurros, el teléfono de t/n sonó con la melodía familiar de una llamada. Al revisar, vio que era Alexia, su hermana mayor y capitana del equipo de Leah.

—Hola, Alee. ¿Qué tal?

—Hola, t/n. ¿Cómo estás? —preguntó Alexia con entusiasmo.

—Estamos genial, ¿y tú?

—Bien, bien. Oye, estaba pensando que podríais venir un rato a mi casa esta tarde. Como no tenemos entrenamiento, me encantaría ponernos al día. ¿Qué os parece?

T/n miró a Leah con una sonrisa y luego respondió a Alexia: —¡Claro, nos encantaría! ¿A qué hora?

—Digamos que a las cinco. Tengo algunas sorpresas preparadas.

—Perfecto, estaremos allí. Gracias, Alexia.

—¿Te gustaría ir a la casa de Alexia esta tarde? Parece que tiene algunas sorpresas para nosotras.

Leah asintió con entusiasmo. —¡Claro! Me encantaría pasar tiempo con Alexia también.

Decidieron pasar el resto de la tarde de manera relajada antes de dirigirse a la casa de Alexia. Se vistieron de manera informal y disfrutaron de un tiempo tranquilo en casa, compartiendo risas y confidencias.

Cuando llegó el momento, se dirigieron a la casa de Alexia, que estaba a poca distancia en coche. Al llegar, Alexia las recibió con una sonrisa cálida.

—¡Hola, chicas! Me alegra que hayáis venido. Tengo algo preparado en el jardín. Venid, os va a encantar.

Entraron al jardín y se encontraron con una mesa elegantemente decorada y una selección de aperitivos y bebidas. La música suave ambientaba el espacio, creando un ambiente acogedor.

—Alexia, esto es increíble. ¿Qué celebramos? —preguntó Leah, emocionada por la sorpresa.

Alexia sonrió. —No hay una razón específica, simplemente quería pasar un buen rato juntas. Y también quería conocer mejor a la novia de mi hermana.

Las tres pasaron una tarde encantadora, compartiendo risas, anécdotas y disfrutando de la compañía mutua. Alexia y Leah se llevaban bien, y t/n se sentía agradecida por tener a dos de las mujeres más importantes en su vida compartiendo este momento especial.