un tipo normal acaba llegando por invocación a un mundo de fantasía peor el problema es que acaba llegando junto a un montón de japoneses, que le ocurrirá a nuestro héroe o mejor dicho heroína en esta nueva aventura.
Me encontré en mi camino por el sendero con una señal que me enviaba a Rivia.
Y yo seguí la indicación de la señal.
Camine hasta encontrarme con un par de personas llorando en su carro de caballos.
Me acerqué a preguntar que pasaba.
" Disculpen, que ocurre?" Dije yo mirando al dueto de personas que estaban llorando.
" Verás, nos han robado nuestra posesión más valiosa." Dijo el más viejo de los dos que lloraban.
" Un par de bandidos nos han robado un par de cálices de oro macizo que eran para un importante noble, nos costó mucho conseguirlos y ahora vamos a perder el dinero." Dijo el otro comerciante llorando.
Yo tenía en mente una cosa simple y esa era que era mucho mejor no ayudarlos y quedarme yo con el cáliz o si eran dos mejor aún.
Use mis habilidades percepcivas para seguir el rastro del carro hasta el lugar donde fue asaltado y les robaron los cáliz.
Vi huellas humanas y las seguí.
Acabe en un pequeño campamento de bandidos, no podía usar mi magia por miedo a destruir los cáliz o perderlos, asique tendría que usar mi habilidad de Charm.
Me acerqué al campamento y use Charm sobre los bandidos.
" Ven hermosa siéntate con nosotros a festejar que somos ricos." Dijo el líder de estos bandidos que tenía una placa pectoral algo extraña con hombreras.
Todos se sintieron como si la persona más hermosa del mundo estuviera frente a ellos y me intentaban cortejar.
Sabía que no podía dejar mis emociones surgir a la luz hasta tener todo el botin.
Cuando ya tras el anochecer estos bobos calleron en mi trampa para que me dieran los cálices dejándolos para que los viera junto al resto del tesoro.
Tome los cálices y el dinero que seguramente fue robado a los mercaderes y me lo guarde, propuse dormir a los bandidos y lo aceptaron y mientras dormían yo les corté la cabeza uno a uno con mi espada.
Cuando termine recogí el material interesante y sobretodo las armas, y todo el metal para poder hacerme con el una armadura.
Me puse a descansar tranquilamente comiendo algo del venado cazado por los bandidos ahora muertos y desvalijados.
Tome algo de sidra con el venado y terminé mi cena en bastante tiempo sin comer pero sentía como si alguien o algo me estuviera observando y probando.
Mire mis riquezas y tenía más de los que podría haberme imaginado.
Los 2 cálices de oro, 4.500 monedas de cobre. 66 monedas de plata y 5 monedas de oro.
Esto era realmente una fortuna enorme.
Y con el hierro y acero de los bandidos empecé a forjar una armadura nueva que añadir a la mía.
En el pasado tuve una cota de malla asique pude hacerla y también una placa en versión femenina de la armadura del bandido.
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