Mientras se encaminaba hacia su casa después de clases, una sensación de aburrimiento invadía sus pensamientos.
—Realmente no hay nada interesante que hacer después de clases— refunfuñaba para sus adentros mientras caminaba, era como si el tedio, se adhiriera a cada paso que daba—, quizás debería de buscar alguna actividad para hacer después, tal vez un trabajo de medio tiempo estaría bien.
Miruko, se encontraba caminando a un lado de una enorme ladera verde, la cual era acompañada por un pequeño rio a su lado. La suave brisa del verano y el cantar de las cigarras acompañaban su paso por el lugar, mientras que su bolso, descansaba sobre uno de sus hombros, moviéndose de un lado a otro, su otra mano sostenía una pequeña zanahoria la cual iba saboreando, cada pequeña mordida era un deleite para la coneja.
—Supongo que podría ir a pasar el rato a la casa de Nemuri, no creo que este ocupada a estas horas—. Al pensar en su amiga, imagino que esta se encontraría coqueteando con algún chico de secundaria baja, haciendo que el rostro de la coneja cambiara a uno mas serio—, creo que mejor continuo mi camino— comentó resignada, decidiendo seguir adelante.
En su andar, Rumi golpeó algo con sus pies, lo que la llevó a detenerse y examinar detenidamente el objeto —¿Qué hace esto por aquí?— se preguntó en voz alta mientras sostenía una pequeña figura de plástico en sus manos.
A los pocos segundos un niño bajo por la ladera, corriendo a toda velocidad, el cual al no poder detenerse por el impulso, se estampo de lleno contra ella, haciendo que ambos cayesen al suelo.
—¡Que demonios te pasa!— exclamó con furia, notando con molestia como su uniforme se había manchado por la caída.
El niño, visiblemente apenado, se disculpó efusivamente mientras realizaba rápidas reverencias frente a la enfadada coneja —¡Lo siento mucho!—. Exclamo —, esa figura es mía, hace unos momentos, unos chicos me la quitaron y la arrojaron hacia aquí.
El joven suspiro tranquilo al ver que la figura no había caído al rio, por un momento pensó que jamás la volvería a ver.
Rumi observo detalladamente al niño y noto que este tenia moretones en todo su cuerpo —Ya veo —respondió con desinterés—, pues no pienso devolvértela.
El pequeño se quedo atónito y confundido frente a la respuesta de la joven.
—No te la devolveré, hasta que le des una lección a los mocosos que te la quitaron en primer lugar— reprocho, mientras le daba un golpe en la frente al pequeño con su dedo índice —, aunque te la regrese ahora, seguramente volverán a quitártela.
—Pero...— el pequeño estaba a punto de romper en llanto ante la indiferente actitud que esa extraña estaba teniendo con el.
—Escucha— Rumi se puso de cuclillas hasta quedar frente a frente con el pequeño—, las personas, a veces pueden ser algo crueles, si no eres fuerte, todos se aprovecharan de ti, y seguramente, volverán a quitarte tus cosas.
El niño comenzó a limpiarse las lagrimas con las mangas de su camisa— Pero, no creo poder hacerlo —comento con sumo desdén—. Yo, ni siquiera poseo una peculiaridad, cómo podría defenderme de los chicos que si poseen una.
—No me importa —nuevamente golpeo la frente del chico con su dedo—. Eso no es escusa, tienes que aprender a defenderte con o sin don, además, tener uno no es para tanto.
El pequeño se quedo sumamente confundido ante lo que estaba escuchando por parte de la extraña joven.
—¿Usted posee uno?— Pregunto curioso, al escuchar el despectivo comentario que acababa de hacer.
ESTÁS LEYENDO
El corazón de la mas fuerte (Deku x Miruko)
FanfictionRumi Usagiyama , la mujer mas fuerte de Japón comenzara a sentir algo que jamas hubiera imaginado luego de sufrir un pequeño incidente , el cual cambiara su vida por completo, dándole un giro de 180°, poco a poco ira descubriendo un sin fin de nueva...