Capítulo 1

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Andrea se puso el uniforme que le habían dado en el Club para las semanas que estaría ahí, se hizo una coleta alta y se puso un labial rojo, soltó un suspiro y agarró su bolso para irse, se escabulló del edificio para que su alquiler no pudiera verla ya que no había pagado la renta del mes, caminó hasta la parada de autobuses y de ahí se fue a su trabajo, dejó su bolsa en donde le indicaron y empezó a trabajar, le había tocado trabajar atendiendo a las mesas privadas y estar pendiente de ellos, había demasiada gente en el local, aparentemente había habido una carrera.

–Tremenda estupidez que es eso, solo son carros dando vueltas y te cuesta un riñón ir a verlas.– dijo Andrea soltando un suspiro.

–No seas amargada Andy, no son tan malas, de hecho son entretenidas.– dijo Nicky, su mejor amiga.

–Eso me da igual, convierten la ciudad en un desastre más grande y nos ponen el doble de trabajo.– dijo la mexicana empezando a caminar hacia una mesa.

–El doble de propinas... además, los pilotos son guapos.– dijo su mejor amiga antes de irse dejándola con una sonrisa.

Andrea se acercó a la mesa y tomo aire antes de acercarse al ver que eran puros hombres.

–Buenas noches, ya les atendieron?– preguntó con una sonrisa, falsa obviamente.

–Si, muchas gracias.– dijo un chico castaño con ojos verdes.

–Bueno, con su permiso...– dijo la chica apunto de retirarse.

–Espera, cómo te llamas?– dijo un chico deteniendola.

–Andrea.– respondió.

–Max, ya déjala, de seguro tiene cosas que hacer.– dijo el mismo castaño.– Puedes retirarte.

Andrea solo asintió y se fue a atender otra mesa, si había algo que había aprendido en lo que llevaba sirviendole a las personas es que no debía de clavarse, siguió con sus tareas hasta que fue tiempo de su descanso, soltó un suspiro y saco si cajetilla de cigarrillos, salió a la calle y se puso a fumar mientras le daba el aire.

–No deberías de fumar, esa cosa te va a matar.– dijo una voz a su espalda.

–Si bueno, soy bastante conciente de eso y no recuerdo haberte preguntado.– dijo volteandose para encontrarse con el chico de hace rato.

–Wow, te dejan hablarle así a los clientes?– preguntó el rubio con sorna.

–Mira, ves esa puerta de ahí, de esa puerta para allá eres un cliente, para acá eres solo un imbécil más para mí.– dijo la pelinegra con seriedad antes de darle una calada al cigarrillo.

–No creo que a tus jefes les gustaría escuchar eso.– dijo el chico.

–Es como si te empeñaras en ser molesto...fascinante.– dijo la mexicana.

–Es de familia.– respondió el chico provocando que Andrea se empezará a reír.

–Si bueno en ese caso, es comprensible, ahora sí me disculpas...– dijo la chica intentando averiguar el nombre.

–Max.– respondió el rubio.

–Max, mi descanso acaba de terminar y tengo que seguir, un gusto hablar de cómo moriré, contigo.– dijo Andrea pisando su cigarrillo y dejando salir el humo antes de volver a entrar dejando a Max embobado.

Andrea|| Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora