Capítulo 2

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Andrea siguió su turno como si nada hubiera pasado hasta que fue hora de terminar, empezó a guardar sus cosas y estaba a punto de irse cuando la llamaron.

–Te buscan en la mesa 5.– dijo uno de los otros meseros, Andrea frunció el ceño confundida, ella no había atendido esa mesa.

Fue hasta la mesa para encontrarse a Max, no quedaba ninguno de los chicos con los que estaba sentado al inicio y eso llamó la atención de Andrea que se acercó a pasó lento.

–Me buscaba.– dijo siguiendo el protocolo, detrás de la puerta era un cliente.

–Si de hecho, quería saber si me podrías dar tu número.– dijo Max directo, eso desequilibrio un poco a la chica.

–Lo siento, pero no se me permite darle información personal a los clientes.– dijo sonriendo con burla.

–Oh, entonces lo de la puerta era literal.– dijo el rubio.

–Afirmativo.– dijo la mexicana sonriendo.

–¿Y qué tengo que hacer para que me lo puedas dar? Porque si es necesario te cargo hasta salir del lugar.– dijo el provocando una sonrisa en la pelinegra.

–Mi turno acaba de terminar hace unos minutos, si espera a que agarre mis cosas, podemos llegar a un acuerdo allá afuera.–

–De acuerdo.– dijo Max asintiendo.

Andrea fue prácticamente corriendo a agarrar sus cosas y se despidió rápidamente de todos antes de salir, en cuanto salió vió a Max recargado en una pared.

–Si fuera tu, no me recargaría en estás paredes.– dijo Andrea llamando su atención.

–¿Por?– preguntó él confundido.

–Digamos que nunca sabes quién pudo haber vomitado ahí y cuando.– respondió riéndo.

–Y me lo dices hasta ahora.– dijo el rubio quitándose de inmediato.

–Entonces...– dijo Max acercándose a Andrea.–¿Me darás tu número?

–No lo sé, para qué quieres mi número?– preguntó la chica.

–Oh nada más para leerlo.– dijo el rubio sarcásticamente.

–Bueno, no sé, depende en que tan bien me caigas.– dijo ella riéndo mientras guiñaba un ojo.–¿Vives aquí?

–No, solo vine de visita.– respondió Max.

–Oh, cuando te vas?– volvió a preguntar la mexicana.

–Mañana por la tarde.–

–Bueno, eso no nos deja muchas opciones o si?– dijo Andrea riéndo.

–No en realidad, aunque aún así tengo una en mente.– dijo él acercándose a ella mientras ponía una de sus manos en su espalda baja.

–¿Cómo cuál?– preguntó la pelinegra sintiendo como su corazón empezaba a latir más rápido.

Antes de que ella pudiera decir algo más el la besó, como si fuera automático ella correspondió el beso y puso sus brazos en sus hombros mientras que el la apretaba contra su cuerpo, Max profundizó más el beso agarrándola del cuello, Andrea volteo un poco su cara dejando que él tomara el control.

–Creo que si me gusta esa opción.– dijo Andrea riéndo cuando se separaron para tomar aire.

–¿Quieres ir a mi hotel?– preguntó Max, Andrea lo meditó un segundo antes de asentir con la cabeza, Max no esperó y la llevó hasta su carro abriéndole la puerta.

En cuanto se subieron Max empezó a manejar y a Andrea le impresionó lo rápido que iba.

–Dios, que tampoco es carrera.– dijo riéndo.

–Creo que es momento de decirte que las cosas lentas no se me dan.– dijo él con su mano en el muslo de Andrea.

Llegaron a un hotel en cuestión de minutos y él le dejo el carro a uno valet, Andrea intentó ocultar su sorpresa lo mejor que pudo al ver el hotel, era gigante, ni en sus sueños ella se podría quedar en un hotel así.

–Vamos.– dijo Max agarrándola del brazo, en cuanto entraron al elevador él la acorraló con la pared y la empezó a besar, Andrea no puso oposición y le siguió el juego, Max la cargó e hizo que envolviera sus piernas al rededor de su cintura. Llegaron al piso y salieron corriendo del elevador entre risas hacia el cuarto del rubio, él abrió y en seguida aventaron las cosas al piso.

Andrea|| Max Verstappen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora