Capítulo 2

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Retando Al Destino

Albert en cuanto leyó aquel telegrama, tomó aquel teléfono y marcó sin saber a qué se trataba la urgencia, cuando escucho la voz de George, supo que se trataba de algo serio.

-Buenos Días George, ¿Por qué tanta urgencia?. Mencionaba Albert con un tono de familiaridad.

~¡Creeme Albert! que no tienen nada de buenos, lo único que te puedo decir que en estos momentos tienes que venir a Norteamérica urgentemente, de lo contrario te lamentaras toda tu vida, en dos horas sale el barco con destino a Manhattan...

-¿Que es lo que está pasando George? Hablaba nervioso Albert del otro lado de la línea.

~George hablo sin rodeos y respondió: -Eo consejo quiere desaparecer a Candy antes de la boda, y cuando digo desaparecer están buscando a alguien para deshacerse del cuerpo de tu prometida; por cierto tu equipaje ya debe estar arriba de la embarcación, en cuánto llegues Cockie, te llevará a un lugar con las instrucciones precisas y colgaron ambos caballeros.

De forma apresurada con sus identicaciones personales y un portafolio, salió de aquellas oficinas diciéndole a su secretaria que saldría unos días, tendría que ir a Brasilia con un empresario a visitar aquellos rumbos, al llegar al Puerto de Sao Paulo Brasil, al mostrar sus documentos señalaron que debía abordar aquel barco con destino a Estados Unidos De Norteamérica.

Arriba del barco, Albert Ardlay pasaba días angustiantes, estaba inquieto, en su mente resonaban aquellas palabras de George, ¿Cómo pudo confiar en el consejo en su Tía Elroy?, se lamentó por haber dejado sola a Candy, totalmente desprotegida, si algo le pasaba, no se lo perdonaría jamás, sólo quería llegar a tiempo y demostrarle al consejo que el estaba dispuesto a todo por su amor, mientras el en su camarote como a diario recordaba como antes de iniciar la gira de trabajo por Brasil, ellos se declararon su amor entre besos caricias te amos, como costaba poder controlarse, y recordo aquella ocasión en que ambos estaban en la cabaña le quería mostrar el lugar con pequeños arreglos, y tras cortar leña, pescar, el calor, tras besos y caricias, y ver a Candy tan libre verla desnudarse ante el para bañarse en el río cual sirena, su sirena hermosa, el también se desnudó y entró a nadar con ella, las hormonas hicieron lo propio, se besaron se acariciaron, ya no podían ocultar cuánto se deseaban, pero Albert tuvo que tomar el control de la situación, Candy al ver a Albert se sonrojó, y el le dijo en tono suave:

-No te sientas mal Candy, esas son reacciones propias de un hombre y una mujer que se gustan, se aman, y ya no quieren vivir separados, Candy pronto cuando nos casemos ante la ley de Dios y la de los hombres no nos reprimiremos más y disfrutaremos totalmente de nuestro cuerpos, no tenemos por qué sentir pena o vergüenza de ver nuestros cuerpos, se sentirnos, de abrazarnos o acariciarnos en privado, pero si quiero que tú sueño de llegar virgen al matrimonio te lo cumpliré aunque en estos precisos momentos me este costando, Candy, la próxima semana me iré a una gira de negocios por todo el mundo, pero regresaré a tí, mientras tú y la tía Elroy, arreglan los de las invitaciones y asuntos respecto a la recepción de nuestra boda, confío en ti y la beso, para después vestirse y regresar el a acompañar a Candy al hogar de Ponny y el a la mansión de Lakewood.

Y ahora pensar que su familia por la que el estuvo trabajando lo estaba traicionando, dándole la espalda a sus deseos y sentimientos, no podía creer que fueran capaz de matar a alguien, pero les iba a demostrar con quién estaban tratando, y de que estaba hecho.

Continuará

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