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Los días y semanas pasaban muy rápidas, su vientre se empezaba a abultar de poco a poco. El Haitani se había distanciando un poco de él lo cual lo ponía algo decaído, hace unos días fuertes gemidos y chillidos se oían desde la habitación de ran, su corazoncito se partía en dos cada que oía eso. Deseaba ser el, pero aquel hombre jamás lo vería de esa forma, amaba al Haitani desde que era un mocoso de 18 años que tuvo un flechazo con el. ¿Acaso él Haitani no sentía esa conexión?, él la sintió desde el primer momento que lo vio, desde aquella vez supo que eran destinados.-Estúpido... tks.- Siguió caminando hasta la oficina de ran para hablarle sobre unas cosas, toco la puerta dos beses y después entró viendo que este estaba con su hermano.

-Los dos tienen trabajo, y rindou cállate y déjame hablar, lo digo por si ibas a decir algo que no me importe pedazo de mierda.- Los miró con una expresión seria para empezar a hablar del trabajo que debían hacer el corea. Su mirada se empezó a nublar de apoco, su ceño se frunció y se empezó a tambalear un poco. Unas fuertes manos rodearon su cintura, como pudo miró al Haitani menor antes de caer desmayado.- ¡Sanzu!.- El grito del menor llamó la atención de los demás que estaban a bajo, ran se acercó rápidamente para cargarlo y acotarlo en el sofá, la puerta de la oficina se abrió bruscamente dejando ver a un Omega de egras negras que se paralizó al verlo así.- Haru-Chan! Takeomi llama al doctor!.- Se acercó a él apartando al Haitani que veía todo con algo de confusión. Espero que le dieran alguna explicación, no sabía porque pero su corazón latía con fuerza mientras sus manos temblaban, ¿que carajos le pasaba?, porque le aterró ver al Akashi desmayado.

-Permiso, permiso.- La voz del doctor hizo presencia  para empezar a chacar al omega bajo la mirada afilada de los alfas de esa organizaciones. Sano mantenía el ceño fruncido al no recibir respuesta.- Creó que fue un simple desmayo, al estar en cinta  y no tener mucho cuidado en su embrazo llega a suceder, les recomiendo cuidarlo más, ahora mismo es cuando él omega necesita más a su alfa.- Y en ese momento Ran logró entender el porqué haruchiyo estaba así, varios fragmentos de la noche pasada llegó a su mente, se paralizó por completo y su corazón empezó a latir con fuerza. "Él fue al que marque... tiene mi marca." Su expresión de miedo todas la pudieron notar, un fuerte agarre en su cuello se hizo presente al ver la filosa mirada del omega de su jefe.- Más te vale que te hagas cargo. O te juro que yo mismos te corto el puto miembro.- Ya no había nada que de ese dulce omega, ahora quien estaba ahí hablando era su omega interno el cual estaba algo mal de la cabeza.- Y-yo... esto es demasiado! Yo no sabía que fue con haru... si hubiera sabido desde el principio me hubiera hecho cargo!... no me siento listo, carajo. - Suspiró y llevó sus dos manos a su cabello despeinándolo, un pequeño sollozo se oyó en la habitación y en ese momento ran Haitani se odió.

Por esto mismo no quería decirte nada!, sabía que esto pasaría. Mi bebé no te necesita... yo puedo cuidarlo solo.- El menor limpio con cuidado sus ojitos y apretó sus labios mientras que los presentes se quedaban cayados, sano los sacó a todos dejando al omega y al alfa solos. Ran se acercó con cuidado a él hasta sentarse en la orilla de la cama, atrajo al menor a su cuerpo dándole un abrazo liberando de sus feromonas para tranquilarlo. - Lo siento... solo me tomo la sorpresa, no te dejare solo desde ahora... eres mi omega sanzu te marqué.- Lo estarás solo por la marca... y por el cachorro.- Por los dos sanzu, cuando estaba contigo sentía cierta cosa en mi estómago, ahora entiendo porque quería poseerte.- Y-ya.. deja eso.

Sus mejillas se tornaron de un color carmín para desviar la mirada, tenerlo tan cerca lo hacía sentir nervioso; Ahora si podrá decir que es él omega de ran Haitani.

Habían pasado unos 5 días desde lo sucedido, tuvo que dejar la seda de bonten e irse a su departamento, empezó a tener varios síntomas de un aborto espontáneo por lo cual se fue unos días a su casa. Estaba en su cama viendo una seria con su pijama puesta cuando el timbre sonó, bostezo para ir  a abrir, sonrío con algo de burla al ver a ran parado frente a él con un peluche y unos chocolates, se hizo a un lado  para que pasara. Dejó las cosas en la isla de la cocina y se acercó a él omega abrazándolo de la cintura, si estaba bastante preocupado por lo del aborto, pero él lo cuidaría para que nada le pasara A  Su  pequeño Omega.

              "Al final eras tú, siempre estuviste a mis narices."

Embarazo en bonten. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora