6( Final.)

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Jamás imagino que su vida daría un gran giro de 350 grados, nadie podía imaginar cómo es que ahora tenía dos bellos hijos. Una linda niña, y un bello niño. Kiyomi y kioku, eran mellizos, tenía los ojos de su padre, era unos amatista tan profundos pero tan llenos de vida. Tantas cosas qué pasó, lo de ran. Lo de su accidente pasó por muchas cosas pero aún así siguió en pie, jamás se rindió tuvo muchas complicaciones. Pero cosas superficiales, ahora mismo estaba con sus dos pequeños en brazos. Nacieron a los 8 meses un mes antes, eran muy pequeños ante sus ojos, pero estaba tan enamoro de sus cachorro, aquel cabello medio blanquecino al ser tan pequeños no se les notaba lo suficiente pero supo que será el mismo cabello de ran. La emoción de su pecho era inexistente, jamás pensó esto nunca pasó por su mente que por un acoston tendría un alfa y dos bebes.

Eres muy linda... eres tan perfecta. Y no hablar de ti, eres lo más perfecto que he visto en mi sucia vida.—Su vos sonaba tan baja y dulce algo no Ku y común en el. Adoraba a sus mellizos,  sus mejillas regordetas, su pancita y el delicioso olor que tenían.

Aún recuerda lo doloroso que fue traerlos al mundo, tuvo muchas complicaciones, pero fue fuerte y los trajo logró parir, sus llantos jamás pudo olvidar eso, la mirada de ran, como lloraba peor que Hanagaki. Cuando tuvo a sus bebés en brazos, el cálido cuidado de su alfa. Las cosas que pasaron quedaron en el pasado, esta feliz tenía una familia. Lo que siempre quiso tener, jamás tuvo uno, la felicidad que tenía cuando supo que sería "madre" los días de llanto al no tener a su alfa, las peleas, el tiempo que le ocultó ha ran la verdad. Al final termino siendo él omega más feliz del maldito mundo. Tiene un esposo que lo amas más que nadie. Tiene a Mikey, y a Hanagaki que lo han amado y cuidado mejor que su propia familia, ran sus bebés y ellos dos eran su verdadera familia nadie podría cambiar eso, los amaba.

Feliz navidad, haru.-Aquellos profundos ojos amatista traspasaban su mirada, la sonrisa burlona y perezosa del mayor lo hacía sonrojarse y que su corazón se acelerara.

Feliz navidad, cariño.- —La mirada sorprendida del mayor con ese sonrojo lo hicieron reír con algo de burla. Las grandes manos del alfa lo rodearon y lo pegaron a su pecho. Se aferró a la camisa de su alfa y olfateó su cuello con una sonrisa.—

Te daré tu regalo después Akashi~ o debería decir Haitani?.—Su respiración se aceleró de forma rápida para darle unos cuantos goles en la espalda, la noche era tranquila, y la nieve caía por todo lado, su cabello tenía unos cuantos copos de nueve, sus niños dormían con tranquilidad mientras ellos disfrutaban de la linda vista desde el balcón.

Uhm, me gustan los dos. Pero más el Haitani, espero mi regalo y fuera de la casa. A vivir con rindou y Souta.—Lo miró de forma burla para pasar ambos brazos por el cuello del teñido y ir hasta su boca donde empezó un beso calmado y lleno de sentimiento.—

Te amo, Omega.- La ronca vos de mando del alfa lo hizo estremecerse, sus piernas flaquearon un poco y un jadeo agudo salió de sus labios cuando sintió una fuerte mordida en su hombro. A pasos lentos se fueron acercando a la cama donde quedó recostado, la hambrienta del alfa lo veía como si fuese su próxima cena." que sea lo que él de arriba ordene." Las manos del mayor empezaron a recorrer su cuerpo. La ropa empezaba a estorbar y en un cerrar de ojos estaba completamente desnudo ante el mayor, su entrada chorreaba lubricante natural, pedía a gritos ser atendido por el mayor. Miro de forma suplicante al oji-amatista ganándose una fuerte nalgada en su trasero. Gimoteó desesperado.

R-ran~ hazlo rápido... Alfa~ te necesito.—Sus ojos se abrieron de par en par y su espalda se arqueo cuando el pene del mayor se adentró pro completo en su dilatada entrada, un lloriqueo de dolor y placer escapó de sus labios mientras que sentía como las embestidas empezaban, clavó con fuerza las uñas en su espalda dejando un desastre en la ancha espalda del alfa, llena de arañazos. Sus piernas y cuerpo temblaban por completo. Tenía meses de no follar y estaba tan urgido por tener aquella gorda y grande polla destrozando su agujero.

—¿Te gusta no?, maldita perra. Amas succionar mi polla, ja eres una zorra muy sucia. No te preocupes, te ayudaré con esto.—arremetió con rabia en su interior, sostenía con fuerza las caderas de su omega sin dejar de destrozar su interior, las paredes anales del peli-Rosa lo apretaron con una gran rabia que lo hizo gemir ronco. Lo miro fríamente para sonreír, llevó su boca hasta sus rosados pezones y empezó a succionar esos como su fuese un cachorro más. Los lloriqueos y gemidos de su pareja lo hacían sentir bien, era él quien lo ponía de esa forma, su ego aumentaba.

—¡U-mgh!... M-m-ghm... ¡m-muy profundo! Creo que me correré, ¡Ran!~.— El miembro del omega soltó disparo el chorro de esperma. Manchando su abdomen y un poco de su rostro. Al sentir como lo apretó, jadeo y empezó a embestir más rápido al menor, sentía como el pequeño cuerpo empezaba a temblar, los sollozos de placer lo hacían crecer más. Duro unos cuantos minutos así y terminó clavando sus colmillos en el cuello del menor reanudado nuevamente la marca. De corrió a grandes chorros dentro de él, aquel líquido viscoso empezó a salir mancando sus grandes y blancos muslos, se dejó caer al lado de él para talarlo con una sábana y apretarlo contra su cuerpo sacando un quejido del menor.

Me duele todo... pero se sintió tan bien..

—Lo siento, haru me emocione. Duerme te bañaré luego.

El peli-rosa cayó en brazos de morfeo. El mayor lo observaba con adoración, estaría perdido sin ese omega revoltoso.

Embarazo en bonten. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora