1

228 20 11
                                    

El continuo sonido de pasos resonaba en la sección subterránea, donde llevaban a cabo sus experimentos lejos de la mirada del público. Las voces reverberaban en las paredes metálicas mientras se esforzaba por evitar problemas similares a los ocurridos años atrás. En aquel entonces, los protegidos de los grandes héroes, meros jóvenes curiosos, irrumpieron en las instalaciones y descubrieron el Proyecto KR. La consecuencia fue la destrucción parcial de las instalaciones y la captura de su creación, que les había llevado mucho tiempo perfeccionar.

La destrucción del primera laboratorio implicó la pérdida de archivos, documentos, tecnología y materiales esenciales, pero, sobre todo, la fórmula principal para crear a KR. Desde ese momento, reiniciaron su labor con un deseo ambicioso: clonar a otro héroe importante. Sin aspirar a un superhumano ni a un metahumano, su objetivo era crear un humano común y corriente. Una vez alcanzara la madurez, lo sumergirían en una cápsula de G-Gnomos para nutrirlo con conocimientos que superaran incluso a los más brillantes. La meta final: generar un sustituto para el Caballero de la Noche.

Los rostros fatigados, cansados y desesperados de los científicos reflejaban los continuos fracasos en las cápsulas alineadas dentro de la habitación. Cada una de esas cápsulas representaba un intento de crear un sustituto para el Caballero Nocturno. Sin embargo, los fetos en crecimiento acelerado dentro de las cápsulas experimentales terminaban en fallos o se transformaban en deformidades que requería ser descartadas y posteriormente incineradas.

Los científicos, que dedicaban jornadas interminables en los laboratorios subterráneos trabajaban sin descanso. Algunos de ellos eran considerados muertos o desaparecidos, ya que llevaban tanto tiempo lejos de sus hogares sin dar noticias a sus familias sobre su paradero. Se negaban a abandonar el laboratorio, sobreexplotándose en un esfuerzo constante por descifrar cómo recrear la fórmula original que dio origen a KR.

La confusión reinaba entre los investigadores, ya que, al principio, parecía haber compatibilidad entre el ovulo artificial y el material genético. Sin embargo, con el tiempo, los experimentos se volvieron propensos a rechazos y malformaciones. Este misterioso giro desconcertaba a los científicos, quienes continuaban su arduo trabajo sin comprender porqué los intentos posteriores seguían el mismo camino desalentador que los primeros cien.

El número de experimentos seguía en aumento, y los materiales genéticos se agotaban rápidamente, aumentando la tensión entre los científicos. Entre ellos se encontraba Jiang Xiulan, una genetista experta de China que había llegado a CADMUS con el ambicioso deseo de demostrar su superioridad sobre los demás. Sin embargo, su ambición comenzaba a desvanecerse a medida que los días pasaban y sus proyectos resultaban en fracasos desastrosos, desechados casi inmediatamente por sus resultados insatisfactorios.

Para Jiang, era un verdadero pecado que sus creaciones no fueran perfectas, considerándolas una pérdida de tiempo. Sus colegas en CADMUS se alejaban de ella, evitando estar cerca cuando sus arranques de frustración la llevaban a lanzar objetos como tubos de ensayo o libros, o incluso a recurrir a métodos más peligrosos si tenía algo más peligroso a mano. Su cordura se veía amenazada, y su reputación, lejos de alcanzar la grandeza que anhelaba, se desmoronaba con cada proyecto fallido.

Aunque su reputación pudiera desvanecerse en esos momentos, estaba decidida a demostrar a todos en esas instalaciones que nadie podría superarla. Estaba decidida a recrear la fórmula para dar vida a una nueva creación. Pasó horas interminables en el laboratorio, días enteros ideando nuevos proyectos, modificando anotaciones, y semanas encerrada buscando la perfección del proyecto BM.

Mientras trabajaba incansablemente, observaba cómo los números en las cápsulas aumentaban, alcanzando la cifra trescientos y continuando en aumento. El tiempo era un enemigo constante, al igual que la escasez de materiales que amenazaba con convertir todo en un fracaso monumental. Su pequeña oficina en las instalaciones estaba en caos, con papeles esparcidos por el suelo y tubos de ensayo rotos después de sus arrebatos de frustración.

my child my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora