Luz De Mi Oscuridad

89. Dejar de evadir (Jonathan)

“10:20 AM”

—Ya paso la patrulla —le digo a Soledad y Angelo mientras nos escondíamos

—Al parecer está yendo a cerro de Pasco —nos dice Angelo levantándose del suelo

—Es el mismo oficial que nos detuvo, al parecer iba en la patrulla con un tipo y una chica —lo digo a Angelo

—Corramos, es probable que nos estén buscando

—Pero iremos a su dirección, ¿No es peligroso? —Pregunto

—Tenemos que ir, talvez ellos puedan abrir esa reja que no tiene fin

Al ver al fondo había una gran reja, aunque no era alto si era muy ancho

—No me había dado cuenta de esa reja —lo digo mientras miraba la reja

—Igual yo, aun desde aquí no se ve muy bien —me dice Soledad

—Solo sigamos, algo se me ocurrirá —nos dice Angelo corriendo

Al ver que la patrulla se detenía, nos tiramos al suelo.

Desde lejos veíamos como un niño corría hacia las montañas

—Soledad, ve por el niño —dice Angelo con voz seria

—¡¿Qué?! —pregunta Soledad

—Ese niño de seguro sabe un camino para pasar la reja —dice Angelo con seriedad

—Al parecer una chica sigue a ese niño, es mejor que te acompañe —le digo a Soledad

—Está bien —me contesta Soledad

—No, ella tiene que ir sola —me dice Angelo sujetándome del brazo

—¿Qué?, pero puede ser peligroso para ella —lo digo preocupado

—Lo sé, pero si no cruzamos lo más rápido posible, puede que le pase algo a Luz

—Angelo tiene razón, es mejor que vaya sola, y no te preocupes, sé que con mi espada nadie me detendrá —Me dice Soledad

Al decirme eso, Soledad se va corriendo.

—Espero que no le pase nada

—Ella es valiente, a sí que no te preocupes —me dice Angelo

—¿Qué quieres que haga? —pregunto

—Necesito que vayas hacia el río, talvez por ahí termine la reja

—Entiendo —lo digo corriendo

—¡¡Ten cuidado!! —me dice Angelo en voz alta

¿Escuche bien?, ¿Al parecer Angelo me pidió que me cuidará?, creo que alguien está empezando a cambiar

“10 minutos corriendo”

Al llegar a un bosque con muchos árboles, comienzo a escuchar una voz:

—¡¿Tania, donde estás?!

Rápidamente, me escondo en un hoyo en el suelo que estaba cerca de mí.

—Ahh… me asustaste —me dice una niña

—¿Tú otra vez? —pregunto al reconocerla

—¿Qué haces aquí? —me pregunta Tania en voz baja

—Eso yo tendría que preguntarte

—Solo me escondo del tipo que me está buscando, de suerte logre verlo de lejos

—¿Y por qué te sigue? —pregunto

—Talvez por qué no debería estar aquí, ¿Y tú que haces aquí?