ᴛʀᴇs

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era el último día laboral de la semana y lourdes, un día más había salido a buscar trabajo, había perdido la cuenta de cuantos curriculum había dejado durante toda la semana, para los cuales la mayoría respondían de igual manera: "no estamos buscando. pero si necesitamos a alguien, te vamos a llamar". solo unos pocos negocios, necesitados de empleados, le habían dicho que iban a leer su información y le avisarian si quedaba para el puesto.

tiendas, almacenes, kioscos, verdulerías, la ojiverde se había paseado durante días por la ciudad dejando papeles con su información.

:–otra vez nada. —le habló a su mejor amigo  que estaba del otro lado de la linea.

:–tranquila, amiga. ya va a salir. tenes que tener paciencia y manifestar.

:–harta estoy de manifestar. —le respondió ella y luego de eso, galo pudo oír unos ruidos extraños, como si el telefono hubiera caído de las manos de su amiga y rebotado un par de veces hasta quedar finalmente en el piso. —la puta madre.

lourdes había estado tan concentrada en su llamada que no notó a la persona que caminaba frente a ella, y tampoco notó cuando se estampó contra el cuerpo de ésta. solo se vio a si misma en el suelo y los pocos curriculum que quedaban, junto con su teléfono, tirados en el piso.

—perdón, no te vi. —comentó lourdes, sin mirar a la persona y comenzando a juntar sus cosas del piso, a la vez que le pasaba una carpeta que se le había caído a la mujer.

—tranquila, nena. no pasa nada. —comentó ella mientras juntaba algunos papeles de la más joven y le extendía su mano para que se ponga de pie. —repartiendo curriculums —comentó con una sonrisa mientras miraba lo que estaba escrito en las hojas. —¿estás bien?

—si. —comentó ignorando el primer comentario de la desconocida. —¿vos estás bien? te pido mil disculpas. —confesó con un poco de vergüenza.

—si, si, la que volaste al piso fuiste vos. —comentó divertida sacándole una sonrisa a lourdes. —suerte, ojala encuentres trabajo. —agregó con una sonrisa tierna mientras le pasaba sus papeles para luego irse de allí sin que la ojiverde le alcanzara a agradecer por el comentario.

se limpió un poco las rodillas y desbloqueó su telefono para volver a llamar a su amigo.

:–galo, me pegué un palo. —comentó cuando su amigo atendió, largando una carcajada luego.

:–¿que pasó, lourdes? —el rió igual. :–escuché el celular caer y te juro que lo pensé pero... —dijo sin terminar la oración porque su misma risa lo interrumpió.

:–banca, ¿ya estás en el bar? yo ya estoy llegando. —avisó. habían quedado en encontrarse en un bar, para tomar algo y ponerse al día, ya que hacía un mes que no veía a valentin.

:–obvio. mientras vos estabas tirada en el piso, yo me estaba bajando una birrita.

:–bueno, estoy a media cuadra, ya llego. —dicho esto, cortó la llamada y se dispuso a apurar su paso.

cuando llegó al bar, pudo divisar a su amigo luego de unos segundos. al llegar hasta el, ambos rieron mientras se abrazaban.

—te extrañé —dijo ella sin soltarlo aún.

—yo no. —respondió el morocho, aunque ambos sabían que mentía. —¿así qué te caiste?

—si amigo, prácticamente arriba de una mujer—largó una risa mientras se separaba de él y se sentaba en frente de la barra, a su lado. —por suerte, no se lo tomó mal ni nada. —dijo aliviada.

—que vergüenza, boluda, que suerte que no iba al lado tuyo. —comentó él haciendo que lourdes le diera un leve golpe en su brazo.

—sos un forro.

ᴄᴏɴᴛʀᴀᴛᴏ | ᴍᴀʀᴛᴜʟɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora