Hombres.

135 2 0
                                    

MICH’S POV

A la mañana siguiente todo transcurrió con normalidad. Me levanté de la cama y me vestí con mi clásico uniforme de Slytherin, después me dispuse a arreglarme el pelo y finalmente ponerme algo de maquillaje. Nunca venía mal, había que dar buena impresión. Nada más salir de mi dormitorio, me crucé con Lorenzo, que iba de la compañía de Mattheo.

—¡Buenos días! —los saludé, aproximándome a ellos.

—Buenas, Mich —Mattheo me saludó de vuelta, dándome una pequeña palmada en la espalda.

—¿Qué tal hoy? —pregunté a ambos, mirándoles con mis grandes y hermosos ojos pardos (menudo ego eh).

—Pues yo bastante bien. Tranqui, como siempre —me contestó Lorenzo, con esa bella sonrisa, mostrando sus dientes perlados.

— Digo lo mismo —añadió Mattheo—, algo cansado por el viaje de ayer.

— Me imagino —respondí—. Bueno, me voy, he quedado en verme con Blaise antes de entrar a clases. Os veo luego.

Y con eso, nos despedimos y yo me dispuse a ir con Zabini, siempre habíamos sido muy buenos amigos, casi como hermanos. Siéndoos sincera, era la persona que más quería, junto a mi hermana pequeña. Que por cierto, aún no la había visto aquella mañana. Bueno, ella siempre era de llegar tarde a todas partes, así que no me extrañé mucho.

Después de las primeras clases, nos reunimos todos (incluyendo a Loryann) para charlar un rato.

—Buah tío, vaya buena que está esa —dijo Lorenzo, señalando descaradamente a una chica de la casa Ravenclaw— yo me la foll-

—¡Lorenzo! ¡No me seas descarado! —repliqué antes de que pudiese acabar la frase. Los demás se rieron, incluyéndome a mi misma. Mi hermana simplemente pasó, leyendo su queridisimo libro de las Reliquias de la Muerte.

—Bueno eh, las hay mejores —contestó Mattheo, encogiéndose de hombros—, y si no te funciona con una, siempre puedes ir a por la hermana.

—Riddle, no me seas imbécil —dijo Loryann, sin levantar la mirada de su libro —. Los hombres solo pensáis en sexo y nunca quereis conocer del todo a una chica. Así que cierra el pico, o te lo cierro yo.

— ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo harás? ¿De un beso, canija? —se burló Mattheo, y después soltó una descarada y borde risotada.

—No, de un bofetón, que tengo la mano muy suelta —se enfrentó Loryann, finalmente levantando la mirada.

—Calmaos ya los dos, sois como el perro y el gato, de verdad, y solo llevamos aquí día y medio —acto seguido, metí ambas manos entre ellos y los empujé hacia, separándolos, pero sus miradas seguían presentes, hasta que Mattheo la apartó y se fue todo enfurruñado.

—Hombres —murmuró Loryann.

— Pues sí —respondí—. Los hombres son como el piano. Nunca los entenderás del todo.

Mi hermana soltó una leve carcajada y después sacudió la cabeza hacia los lados. Yo solté una risilla. ¿Hacía cuánto que no la oía reírse? Me pregunté en mi cabeza. Muchísimo tiempo, creo que demasiado. Pero me hacía relativamente feliz verla sonreír o reírse aunque fuese de forma muy leve, aunque ella no lo supiera.

Después de ese breve descanso, volvimos a nuestras clases. Yo me fui con Zabini y Berkshire, y Lor se fue con Malfoy. Yo sabía que a Draco le gustaba Lory, me lo había dicho hace un tiempo, lo que no sabía es si ahora él seguía  sintiendo lo mismo, pero siempre quería estar con ella, y la trataba como una verdadera princesa, cosa que me agradaba.

Después del cansado primer día, llegué a mi habitación con las demás chicas, pero quería hacer algo antes. Me apetecía escaparme y dar un paseo, y fue lo que hice, me escapé de la habitación. Y mientras caminaba, me puse a pensar. ¿Yo de verdad era feliz? ¿Mis amigos me querrán de verdad? ¿Que estará pasando en la cabeza de mi hermana? ¿Estará todo bien? Miles de preguntas corrían en mi mente al mismo tiempo, pero no me agobié. Simplemente caminé y caminé por los largos pasillos de Hogwarts, hasta que se me ocurrió la brillante idea de salir y me crucé con Harry. Nunca me había caído del todo bien, pero que le iba a hacer. Me senté a su lado y empezamos a hablar.

—Tú eres Michelle Delly, ¿verdad? —preguntó el de gafas.

—Así es. Y tú debes de ser el famoso Harry Potter, ¿estoy equivocada? —respondí.

—No, no lo estás.

Después de eso permanecimos en silencio.

— ¿Es cierto que a tu madre la asesinaron los mortifagos junto a Voldemort? —dijo el pelinegro, volteando a mirarme.

Asentí.

— Sí, es cierto. Fue el día 1 de septiembre de hace unos años. La mataron delante de mi hermana, en la madrugada de su cumpleaños. Después de eso, Mattheo Riddle la agarró antes de que se desmayara y yo bajé corriendo las escaleras, viendo la escena. Luego nos sacaron de ahí.

—Vaya… Tuvo que ser muy difícil para vosotras verlo —comentó el chico.

—Yo no se si ella llegó a verlo, pero yo al menos un poco, pero son recuerdos pobres, estaba medio dormida y borracha siéndote sincera. Había salido de fiesta aquel día, y llegué tarde a casa y me dispuse a dormir. Un par de horas después pasó.

—Mis padres también murieron asesinados por Voldemort.

-¿En serio? —pregunté, levantando las cejas y con los ojos más abiertos de la cuenta.

—Sí, pero yo era apenas un bebé, no me acuerdo de ellos, ni de cómo pasó.

—Pues menuda mierda que te haya pasado eso, la verdad.

—Ya… No es que sienta mucha pena, pero solo se que Voldemort es un… Capullo. Ha asesinado a muchas más personas.

—Lo sé… Dicen por ahí que tú te enfrentaste a él, ¿es cierto? Que sepas que tanto yo, como mi hermana y mi grupo de amigos te creemos.

—Sí, sí lo hice, después casi me desmayo, pero lo hice.

—No sé cómo sigues vivo…

—Yo menos —añadió el moreno con una risilla.

—Creo que ya es hora de irnos, es bastante tarde y como nos pillen nos meteremos en problemas.

—Digo lo mismo. Ha sido un placer hablar contigo, Delly.

— Y contigo, Potter.

Estrechamos las manos y después cada uno fue por un lado silenciosamente a nuestros dormitorios. Me metí en la cama sigilosamente y traté de dormir, pero no fui capaz. Es más, no dormí en toda la noche. Dormiría una o dos horas nada más, aunque, lo que no sabía, es que tenía que estar bien descansada para el día siguiente.

|| DEATH EATERS || Slytherin BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora