Rosas naranjas 🧡

48 3 0
                                    

MICH’S POV

Día siguiente, 16:58.

Estaba dirigiéndome a la sala de pociones, Loryann me dijo que nos veríamos allí. Estaba nerviosa, no sabía de que quería hablarme exactamente. No había nadie, menos ella. Nada más verme, cerró su libro.

— Cierra la puerta — me ordenó. Y yo simplemente obedecí.

Loryann se sentó y yo me acomodé en frente.

— Lo sé todo — me dijo, yo frunci el ceño.

— ¿Qué? — respondí.

— Sé que te cortabas. Permíteme decirte que lo escondes de puta pena.

— ¡Nunca me autolesioné! — Me levanté de la silla, apoyando las manos en la mesa. Mi corazon empezó a acelerarse, debido a los nervios que recorrían mi cuerpo.

— Michelle haz el favor de no mentir más — levantó la mirada, clavándola en la mía. Quería llorar, pero tenía que permanecer fuerte y no hacerlo.

— ¡N-no miento! Yo jamás me hice algo…

— Te estoy diciendo que lo sé todo, deja de reprocharlo ya.

— ¡Ay, joder! — estaba empezando a agobiarme, me senté en la silla nuevamente y recorrí mis manos por mi cabello, me estaba estresando.

— ¿Y no me vas a decir que pasó con papá? — su mirada era fría, penetrante —, estoy harta de que me escondas cosas. Como no me lo cuentes, te voy a obligar a tomar Veritaserum, — después, se cruzó de brazos.

— Vale, vale, — suspiré, relajándome, pero muy poco —. ¿Cómo te enteraste?

— Usabas mis tijeras del flequillo para cortarte. Sabes que son afiladas y cortan finito, ya que son para el pelo. Después, las limpiabas mal, y es evidente que papá no se hacía nada, y los elfos aún menos. Así que solo quedabas tu.

Me limite a suspirar nuevamente, moviendo una pierna de arriba a abajo.

— Vale, si. Tú ganas, Loryann. Como siempre. — me limpié una lagrimilla que amenazaba con salir de mi ojo.

— ¿Y lo de papá qué? Escuché a Blaise decir algo.

— ¡Mierda, Loryann! ¿Qué tienes antenas en las orejas o que? — la miré a los ojos, ella me miró con bastante seriedad.

— No, me preocupo, — rodó los ojos.

— Vaya, nunca me demostraste ningún tipo de preocupación, para que te voy a mentir.

— ¿Tan egoísta parezco? Dios mío.

— Sí, hija, sí, bastante más de lo que crees. Que no te siente mal, pero Lorenzo te llama “sinsentimientos” como un apodo… raro — esnifé (cuando tienes mocos y agarras aire para que no se caigan) levemente el aire, mirando hacia un lado.

— Nos estamos yendo por los cerros de úbeda (irse del tema), o me lo cuentas, o te obligo.

— ¿Y qué te cuento? — dije con un tono borde y frío. No me estaba agradando la conversación, para nada.

— Lo que dijo Blaise de papá. Cuéntamelo, pero ya. ¿Por qué lo sabe él, y yo, no?

— Porque tú tampoco cuentas nada, y duele, ¿sabes?, si no confías en mí, ¿por que confiaría yo en ti? — me crucé de brazos, y la miré directamente a los ojos.

— Pues, eh… No lo sé, tampoco tengo nada que contar.

— Seguro que sí, y por falta de confianza no lo haces, así te crió de mal nuestro padre. Y a mí, más de lo mismo.

|| DEATH EATERS || Slytherin BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora