Sweet Nothing || MARTULI

20

—¿Estas seguro de que este es el lugar? —le pregunto Martina a Nicolas mientras intentaba buscar un lugar para estacionar.

—Si, esta es la ubicación que me mando Gian. —le respondió.

—Que confianza que me da eso. —Camila dijo de forma sarcastica.

El grupo de amigos de la rubia acostumbraban todos los años a ir a un festival en las afueras de Londres en el que habian variedades de DJ y cantantes en vivo, una fiesta organizada por un amigo de Gianfranco. Pero este año habian cambiado de locación y el moreno que ya los estaba esperando ahi, los estuvo guiando mediante la ubicación.

Lourdes tambien fue con ellos y estaba algo nerviosa, no sabía bien por qué, pero los amigos de Martina todavia la intimidaban. Aunque eran buenos con ella, no podia evitar estar tensa, no queria dar ningun paso en falso y quedar como una estúpida frente a los amigos de su, ahora, novia.

—Bueno, ya esta. —dijo Martina apagando el motor del auto.

Todos bajaron y se dirigieron a la entrada. Nicolas hablo con un tipo de seguridad de ahi y enseguida los dejo pasar a todos sin hacer fila. Una chica adentro los escolto hasta la parte del VIP donde Gian los estaba esperando.

—Así que estos son los privilegios de juntarme con ustedes eh. —Lourdes dijo bromeando y Martina rió.

—No esperes menos de nosotros. —le guiño el ojo y la tomo de la mano para avanzar entre la gente.

La música cada vez parecia mas lejana con todos los tragos que Martina se habia tomado, y Lourdes estaba algo entonada pero no lo suficiente como para perder de vista a su novia quien estaba en un estado deplorable.

—Vamos a ver a algún Dj, estoy aburrido de estar aca encerrado. —dijo Nicolas con una botella en la mano.

—¿Por qué no bajamos a aquel escenario? —señaló Camila al lugar donde estaba dirigiendose la mayoria de la gente.

Todos asintieron y fueron para ese lugar.  Lourdes llevaba a Martina agarrada a su hombro para que no se cayera, con un poco de ayuda de Camila.

—Vengan, consegui para estar más cerca. —Gian los guio a los chicos a un lugar mas reducido al costado del escenario donde tenian acceso a la barra.

Todos se dispersaron y solo quedaron Camila, Martina y Lourdes juntas. Martina habia dejado de tomar por petición de Lourdes quien estaba intentando que la rubia tome un poco de agua pero fue en vano.

—Me gusta que bailes cerca mio. —le susurro Marti a Lourdes en el oido haciendola estremecerse. —Te voy a besar.

—No me tenes que avisar eh, podes hacerlo cuando quieras. —la ojiverde se entrego ante el agarre de Martina quien le encajo un beso bastante brusco pero excitante. Una de las manos de la rubia fue al trasero de Lourdes y eso la hizo soltar un pequeño gemido en los labios de Martina.

—Me encanta que hagas eso. —arqueo las cejas. —Es una lastima que tengamos tanta gente al rededor.

—Perdonen por interrumpir su asqueroso momento pero estoy aca yo. —Camila se metio entre las dos y ellas se rieron.

—Marti, mejor vamos yendo. —cayó Gian apurado y con una cara seria.

—La estoy pasando bien, no quiero volver alla arriba era aburrido. —lo ignoro y continuo bailando.

—Pero vamos para otro lado entonces. —insistió y eso llamo la atención de Camila.

—¿Qué les pasa? —les pregunto a sus dos amigos que estaban con cara como de haber visto un fantasma.

—Es que recien nos cruzamos a S...—quiso decir Nicolas pero una figura masculina que ya todos conocian ahi, menos Lourdes, quedaron pasmados al verlo.

—Miren donde los vengo a cruzar. —dijo el chico alto con pelo rizado.

—¿Santiago? —Camila y Martina dijeron al unisono.

—Santiago. —termino por decir Nicolas.

Lourdes miraba todo sin entender. Sabia que algo estaba pasando pero no sabia qué, seguramente ese chico era un conocido de ellos pero ¿por qué parecia que no les agradaba que estuviera aca?

—Marti, hace tanto que no te veo. —el chico se acerco a la rubia tomandola de la cintura y apartando por completo a la ojiverde. Quien puso un gesto indescriptible al ver esta situación.

—Y gracias a Dios que no. —contesto la rubia soltandose de su agarre. —Ya me voy.

Tomo de la mano a Lourdes y comenzo a caminar en dirección contraria a la que Santiago se encontraba.

—¡Ya vas a querer volver a verme linda! —le grito a lo lejos.

—Sos un tarado. —Camila negó y se fue atras de su mejor amiga.

—Te conviene no seguirnos y tampoco planear volver a joder a Martina. —le aclaro Nicolas. —Yo te conozco y se que vas a querer aparecer ahora que la viste.

—¿Ahora es lesbiana? ¿Sale con esa chica? —rió cinico.

—No es asunto tuyo. —Gian lo empujo para atrás. —Te recuerdo, no te metas. —fue lo último que le dijo antes de irse junto con Nicolas hacia donde estaban las chicas.

—Me quiero ir. —dijo Martina una vez que llegaron al primer vip donde estaban.

—¿Qué paso? ¿Quien era ese chico? —preguntó Lourdes.

—Mi ex. —contesto Martina largando un suspiro.

—Ah. —la ojiverde se limito a decir.

—Yo manejo, nos vamos al hotel. —Gian les dijo y todos asintieron.

Una vez en la camioneta de Martina, manejaron hasta el hotel que habian reservado, estaba a 10 minutos del festival asique no tardaron mucho en llegar. Cada uno tomo la llave de su respectiva habitación y se despidieron hasta el día siguiente.

Lourdes y Martina no hablaron. Llegaron a la habitación en silencio y asi se mantuvieron. La rubia se pego una ducha y cuando salio se acosto directamente a dormir. La más pequeña decidio no molestar por hoy, Martina estaba ebria y se habia cruzado con alguien de su pasado que, por lo visto, no habian terminado nada bien. Decidio tambien ducharse y despues se acosto al lado de Martina, queria abrazarla pero le estaba dando la espalda y no queria ser invasiva. Finalmente se decidio por intentar dormir pero no lo logro.

¿Por qué reacciono asi al ver a su ex? ¿Por qué le afecto tanto? ¿Y si todavia le importa? Martina era una incognita constante para Lourdes y eso la desesperaba.

Si fuese por Martina era capaz de bajarle cielo y tierra a Lourdes, era capaz de darle el mundo entero con un moño si esta se lo pidiera, pero cuando de secretos se trataban, eran dos completas desconocidas. Ahora la duda se habia implatando en la cabeza de Lourdes...

¿Martina confiaba en ella?