Al día siguiente Lourdes se desperto y Martina no estaba junto a ella. Tomo un suspiro y se levanto para ir a lavarse la cara y los dientes y ponerse algo de ropa. Cuando bajo al vestibulo, Martina estaba jugando al ping pong con Nico mientras Gian los alentaba. Ella se quedo ahi parada y decidio acercarse a saludar.
—Buen día chicos. —saludo a todos.
—Buen día Luli. —dijeron los chicos al unisono.
—Buen día Mar. —saludo a la rubia y ella solo le respondió con un gesto con la cabeza. —No te vi hoy cuando nos levantamos.
—Desayune con ellos. —contesto sin dejar de concentrarse en el juego.
—Esta bien y ¿como estas? —decidio preguntar timidamente.
—Ocupada, Lourdes. —la mala forma en la que Martina dijo eso, hizo comprender a la ojiverde que su novia no estaba teniendo una buena mañana. Se dio vuelta y se fue dejandole su espacio.
—Esta algo conmovida por ayer. —escucho hablar a Camila quien estaba sentada leyendo un libro.
—Pero ¿por qué? —preguntó.
—No me corresponde a mi decirtelo. —puso una mueca. —Pero ella ya te lo va a decir.
—¿Y si no? —Lourdes buscaba desesperadamente una respuesta que la haga entender a Martina.
—¿No es lo que hacen? Hablar de sus problemas y...eso. —Camila tambien estaba confundida.
—Martina no me cuenta nada, la mayoria de las cosas que me cuenta es porque yo la presiono o llegamos a un limite. —la ojiverde le confesó.
—Martina no es facil de expresarse, le cuesta decir lo que siente y sobre todo si es algo triste, le averguenza que la gente la vea mal. —eso explicaba mucho pero seguia con muchas dudas. —Tranquila, ya van a tener tiempo de hablar.
—Eso espero. —Camila le dedico una última sonrisa y volvio su vista al libro que estaba leyendo previamente.
La tarde paso entre capitulos de series que Lourdes estaba consumiendo como metodo anti-estress. Martina todavia no aparecia y eso la desesperaba.
Bajo al lobby y no la vio, tampoco estaba en la habitación con Camila y esta misma habia dicho que no se la habia cruzado más después del ping pong. Eso tambien la preocupo.
La llamaba y no contestaba. El paradero de la rubia era una completa incognita hasta que vio la historia que subio Nicolas. Estaba con ellos, en la misma fiesta de la que se tuvieron que ir ayer. Misma fiesta donde estaba el ex de Martina.
La cabeza de Lourdes empezo a trabajar más de lo que deberia. ¿Por qué se fue ahi? ¿Por qué no le aviso? Se quedo dormida entre esos pensamientos.
Un fuerte ruido la hizo despertar sobresaltada. Prendio el velador de la mesita de noche y vio a Martina entrar a la habitacion tambaleandose. La rubia tiro los zapatos a un costado y sentia que todo daba vueltas. Vio a una Lourdes enojada, va, varias Lourdes enojadas ya que veia todo doble.
—¿Qué haces Martina? —le preguntó la ojiverde.
—Quiero dormir. —respondio Martina mientras se sacaba la ropa.
—Esta bien, hace lo que quieras. —decidio ignorar todo lo que hacia para volver a dormir. Después de unos minutos sintio un cuerpo pegandose a ella.
—¿Me abrazas? —le preguntó de manera tierna y Lourdes tuvo que hacer toda la fuerza del mundo para no derretirse con ello.
—No podes hacerme esto, Martina. —le dijo mientras se daba vuelta para mirarla de frente.
—¿Hacerte que? —Marti la miro confundida. Quizas era por el alcohol que tenia encima o porque de verdad no sabia que era lo que Lourdes estaba queriendo decirle.
—Desde que viste a tu ex ayer que estas actuando rara conmigo, dormimos juntas pero no me levanto con vos, me ignoras y te vas sin decirme, no se que es lo que te pasa y te lo puedo respetar hasta que decidas decirmelo pero no me alejes. —eso último fue casi una suplica de la ojiverde. Ella de verdad no queria que Martina la dejara de lado.
—Lourdes yo...—cuando Martina intento hablar, el telefono de Lourdes sonó.
Cuando vio que era Brisa, se solto rapidamente del agarre de Martina para contestar.
—Brisa, ¿qué paso? —preguntó apenas atendio.
—Perdon la hora pero Delfi...—eso aterro a Luli. —Esta con muchisima fiebre y no le baja.
—¿Desde cuando? —la voz de Lourdes empezaba a temblar.
—Desde ayer per..—la mas pequeña la interrumpio antes de que terminara.
—¿DESDE AYER? BRISA Y NO SE TE OCURRIO LLAMARME? —grito más fuerte haciendo que Martina se alarme.
—Estaba cuidandola Angie y pensamos que iba a bajarle enseguida pero se estiro un día más y vamos a llevarla con Kevin pero te queriamos avisar. —"lo minimo" pensó Lourdes, pero no lo dijo, después de todo sus amigas no tenian la culpa.
—¿Qué paso Lu? —preguntó Martina una vez que su novia cortó el telefono.
—Tengo que irme. —le dijo mientras se levantaba tomando sus cosas.
—Pero ¿Por qué? —se levanto con ella.
—Porque Delfi esta enferma. —contesto sin más.
—Bueno vamos que yo te llevo. —se ofrecio Martina.
—No, mira en el estado que estas. —Lourdes se negó. —Tu perfume parece vodka.
—¿Y como pensas irte? —la miro algo furiosa. —Te aviso que un taxi hasta alla te va a salir una barbaridad.
—Bueno, lo voy a pagar. —la ojiverde termino de tomar sus cosas y abrio la puerta para irse.
—¿Con qué plata? —Martina supo que apenas esas palabras salieron de su boca que era lo peor que podria haber dicho. La cara que puso Lourdes al escucharlas lo confirmo.
—Con la mía. —su contestacion fue cortante.
—¿Qué les pasa? Se estan escuchando sus gritos por todo el hotel. —dijo Gian saliendo al pasillo junto a Nico y Cami.
—Perdonen, me tengo que ir. —Lourdes se disculpo.
—¿Por qué? ¿Como te vas? —preguntó Nicolas.
—Mi hermana tiene mucha fiebre y no le baja, Brisa y Angie la van a llevar al hospital así que tengo que irme. —les contó.
—Vamos, yo te llevo. —el chico de bigote se ofrecio.
—No, no hace falta de verdad, no quiero molestar. —intento negarse.
—No te preocupes. —le dijo y se metio a su cuarto a tomar las llaves del auto.
Después de decirle a Gian que le guarde sus cosas y se las lleve al otro día, le aviso a Lourdes que ya estaba listo para llevarla. Lourdes se despidio de todos con un saludo general y se fue con él amigo de Martina.
Martina con todo lo que habia pasado se puso sobria nuevamente. Camila intento hablar con ella pero la rubia se nego metiendose de nuevo en su habitación.
La idea de ella estaba clara, dormir 2 horas, pegarse una ducha y salir temprano para alcanzar a Lourdes.
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Sweet Nothing || MARTULI
Romansa[all that you ever wanted from me was sweet nothing...] En Londres, si no perteneces a la realeza, la vida no es tan divertida. O por lo menos eso es a lo que Martina Benza y su circulo de amigos estaban acostumbrados. Sus familias eran de las más...