Capitulo 2

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A solo días del estreno, Carlo estaba recostado en medio del escenario mirando hacia las luces que colgaban del techo. El elenco aún no llegó para el ensayo y se estaba aburriendo. Se encontraba esperando a que las campanas de la puerta sonarán indicando que finalmente estaban aquí, pero eso no iba a pasar si no hasta dentro de dos horas, en su lugar, el sonido de la utilería cayendo al suelo lo hizo alarmarse. "¿Una rata?" Se preguntó, no sería la primera vez que un roedor causa desastres, aunque en teoría ya los habían exterminado.

Para su sorpresa, Romeo apareció saliendo de uno de los cuartos

—¿Qué mierda haces aquí? La puerta estaba cerrada, todavía no es la hora del ensayo— preguntó Carlo

—Se que siempre llegas dos horas temprano para cumplir tu horario, asi que decidi darte una sorpresa y acompañarte... aunque el factor sorpresa no funcionó porque tropecé al entrar por la ventana—

—¿No tienes cosas más interesantes que hacer en vez de venir aquí? Ósea, gracias por tenerme en cuenta, pero ¿No te aburre?— Carlo lo interrogó

—No— le tendió un pequeño recipiente con ensalada de frutas, hacía calor afuera y una refrescante ensalada de frutas siempre era bienvenida.

Comieron en silencio sentados en el suelo del escenario, el teatro era enorme y al estar totalmente vacío daba la sensación de ser aún más grande.

—¿Quieres que te enseñe algo?— preguntó Carlo con la boca llena de fresas.

—Mnh, si ¿Que?— respondió Romeo mientras masticaba.

Carlo lo tomó de la mano, obligándolo a pararse y seguirlo.

—¿A dónde me llevas?— no obtuvo respuesta

Carlo lo soltó y Romeo le perdió el paso, miró en todas direcciones y no lo encontró. De repente, una puerta se abrió de una de las paredes casi provocándole un infarto. —¿Qué mierda? ¿Y eso?—

—Hay de estas puertas ocultas en todos lados. Son para que el personal se mueva por el teatro sin ser vistos. Ven— explicó Carlo, llevaba consigo una lámpara de aceite ya que el pasillo era oscuro. —Tranquilo, ya casi no hay ratas—

—¿Cómo que casi?— preguntó Romeo siguiendo a Carlo a través de aquel pasadizo estrecho.

—Pero aún hay arañas de las grandes— eso no lo tranquilizo

Dentro del pasillo, había muchos hoyos en una de las paredes los cuales proporcionaban una vista al público desde distintos ángulos. Romeo había oído de los pasadizos para el personal pero jamás estuvo en uno.

—Ven, sube, con cuidado— indicó Carlo, al final del pasillo había una escalera hacia arriba.

—¿Esto a donde va?—

—Ya verás—

Aparecieron en un pequeño balcón en el techo, no cumplía ninguna función, solo estaba allí, había un par de ventilaciones y cables. Carlo lo descubrió por mera casualidad, en ese momento era un criadero de palomas, le llevó un tiempo limpiarlo pero ahora que estaba en condiciones, solía ir allí para escapar de sus responsabilidades.

—Puedes ver todo Krat desde aquí— comentó Romeo apoyándose en la barandilla.

—De noche la vista es aun mejor—

Los chicos siguieron dando vueltas por los pasillos de la Ópera para terminar en el mismo punto donde empezaron, sentados en medio del escenario. Romeo se recostó mirando las luces del techo y el lío de cuerdas que sujetaban todo en su lugar.

Detrás del reflector  - Carmeo - Lies of P AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora