- No lo puedo creer, es difícil de creer que estoy aquí frente a un simple ataúd con mi esposa allí dentro, no puedo aceptar que a los veinticinco años esté intentando formar un discurso fúnebre dirigido a mi esposa, cielos. . .
- No sé cómo empezar, tampoco sé si esto es lo que ella hubiera querido teniendo en cuenta que jamás hablamos de esto, no lo teníamos planeado, pero, independientemente de eso, así lo decidí yo, y espero que ella, esté dónde esté, lo apruebe. Daría lo que fuera para poder volverla a ver sana. Volver a escuchar su dulce voz, ver relucir su sonrisa una vez más es todo lo que quiero, haría lo que fuera por tenerla en mis brazos una vez más, feliz. Pero no, ella ya no está, se ha ido a un lugar desconocido, y aunque hubiera preferido ir primero yo, me ha ganado. Espero y confío en que ella está bien, a dónde sea que haya ido, todo está bien ya, lo sé. Lo sé por que lo siento, por que ella misma me lo dijo horas antes.
- No quiero llorar por el simple hecho de que me pidió que le prometiera que no lo iba a hacer, me pidió que sólo recordara nuestros momentos felices, nuestros alegres días, nuestras risas compartidas, y eso es justo lo que hago, pero los recuerdos toman su propio camino y me hacen llegar hasta aquí, en el cementerio recitando su discurso. Así que sólo lo diré, lo diré cómo si fuera con ella misma con la que hablo.
-: Samanta, oh cariño, ¿Cómo podré seguir a delante sin tí? Ya no despertaré y veré tu bello rostro, ya no llegaré después de un duro día de trabajo y besaré tus lindos labios, ¿Qué no te das cuenta de lo mucho que me haces falta? Pero lo prometí, prometí ser fuerte, seguir adelante pase lo que pase, sacar adelante a nuestros hijos, recordarte con una sonrisa y no con lágrimas, pero amor mío, lo siento. No lo lograré, lloraré, días y noches por tu ausencia, estaré deprimido al ver que nuestros hijos crecen sin su madre, ¿Ya no los verás? Cariño no los dejes así, yo sé cuánto fue tu sufrimiento, lo sé por que sufriste a mí lado, por eso Samanta, no permitas lo mismo con tus hijos, no los dejes en la soledad, yo daré lo mejor de mí con ellos pero, por favor, guíalos, cuídalos, ayúdalos, hazlo por mí, por ellos. Cariño, seré realista, jamás volveré a verte, lo sé. Jamás nos reuniremos una vez más, por eso te pido, por favor, se fuerte, y resiste todo lo que venga a partir de hoy, sólo hazlo, sólo vete, sólo sigue tu camino, sólo camina hacia la luz, sólo se feliz.
- Nosotros estaremos bien, amor. Lo prometo.
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Cartas a mamá
Cerita PendekSamanta tiene 13 años y su madre murió. Samanta se sentía sola y le escribió. Samanta sufrió bastante, pero logró superarlo. Samanta quería tan sólo una respuesta y la consiguió. ¿Cómo? Envió Cartas a mamá.