La infancia de los hermanos Miya no fue difícil, era realmente buena comparada a la de otras familias.
En una navidad, Osamu recibió el regalo que Atsumu deseaba, él se sintió traicionado. El ver la sonrisa falsa de Samu para no decepcionar a sus padres y correr emocionado hacia Tsumu para mostrar su victoria, realmente fue frustrante para él. Atsumu lo había reclamado primero, desde el inicio del otoño expresó su deseo, pero sus súplicas no fueron realmente fuertes.
Atsumu debía de tomar la ropa del color aburrido, porque Osamu había escogido su favorito. Debía conformarse con ello, porque si reclamaba y hacía un escándalo solo recibiría un regaño de sus padres. Poco a poco un sentimiento pesado se acumulaba en su interior.
En el momento que poseía mayor madurez, Atsumu lo tenía claro: sus deseos no siempre se cumplirían. Debía expresarlo y trabajar para lograrlo, nada llegaría si no ponía empeño en ello.
En la época en que Atsumu iniciaba el instituto, tuvo presente que comenzaba a tener sentimientos por personas que no debía, se sintió devastado. Realmente no podía quitarle las ilusiones, posibilidades y oportunidades a quienes habían declarado su deseo antes, quería que un hada descendiera del cielo y le indicará qué hacer.
Una situación complicada, tenía sentimientos por la "persona especial" o en otras palabras la "Conquista" de sus amigos.
Para Atsumu los sentimientos que habían surgido eran molestos, de todas las personas de la gran ciudad tuvo que poner el ojo en ellos.
¿Qué opciones debía tomar? Culpaba a su estúpido corazón de ser muy egoísta, le recamaba la elección, ¿Por qué entre todas las personas del mundo tenían que ser ellos?
No era una situación simple, su compañero de entrenamiento y uno de sus amigos tenían sentimientos por Kita, uno de los chicos que a Atsumu le empezó a gustar. Un gran desastre como todo en su cabeza.
En su cuarto año conoció a Aran Ojiro y a partir de ese instante se volvió su compañero. Lo guio y le dio consejos. Ambos chicos tenían sentimientos por Kita, pero Atsumu temía por la reacción de Aran, aún no lo conoce lo suficiente para predecir qué hará, pero tiene algo en claro: No quiere perder su amistad.
Desde el momento que Aran se presentó con él, se mostró seguro, tranquilo, y confiado, era directo, lo que necesitaba Atsumu para asentar sus pensamientos. Una fortaleza cuando le tocaba jugar en banca, el ánimo cuando sus partidos eran desfavorables, una guía cuando las colocaciones no se dirigen hacia donde quiere, y por su puesto, una compañía cuando estaba solo.
Atsumu no tiene muchos amigos, y los que tiene fácilmente se pueden contar con los dedos de las manos.
Osamu y Atsumu tenían un historial bueno en todos los aspectos, las personas a su alrededor sabían que ellos eran buenos jugadores. Esto probablemente provocó que Atsumu fuera arrogante y se le dificulta relacionarse con los demás. Cuando los hermanos Miya jugaron un partido y ellos compartieron la cancha con Aran, el tiempo se sentía tan vulnerable jugada tras jugada.
Para Atsumu su primer partido con Aran fue una serendipia. En momentos estuvo en la banca, un sentimiento terrible emanaba debido a que no había estado en esa posición desde que comenzó a jugar, se sentía insuficiente para el equipo, y todo lo que construyó pensó que era en vano. Pero Aran estaba ahí, le pidió al entrenador una oportunidad para él, de demostrar lo que sabía, intercediendo y haciendo que él jugará. En ese instante, Aran se proyectó como la personificación de la palabra "As" y comprendió que existen jugadores que realmente merecen su posición, y que él también debería trabajar mucho para conservar la suya.
Por esto sabe que no debe tener sentimientos por Kita, no debe de arriesgarse a perder una persona tan especial como Aran.
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Afición Cándida
FanficEl amor es una palabra confusa, un desastre. Atsumu quiere amar, pero no sabe hacerlo. Nadie lo hace a la perfección. Donde Atsumu comienza a descubrir sus sentimientos y aprende que amar no es lo que parece, tal vez debería detenerse y mirar a su...