Bienvenidos a la década en la que nació la gente más guapa jajaja :P
Si hay dos cosas que amo de verdad son la calle y el cine. En la primera me siento como en casa, a pesar de no estar irónicamente en ella, y con el segundo la vida se va más rápido, sin sufrimiento y con los problemas de otra gente.
Carlos, mi mejor amigo, me acompaña para disfrutar de ambos. Él trabaja en un Blockbuster y va conmigo a grafitear en sus días libres. Yo trabajo en el negocio de reparación de videocaseteras de mi tío. Y hubiera podido aspirar a un mejor futuro, de no haber sido por la crisis. Ahora mismo me estaría graduando de la escuela de cine o algo así.
Pero bueno, qué importa ya. Dice mi tío que habría estado sin empleo de igual manera.
De todos modos agradezco ganarme unos cuantos pesos con mis habilidades. Sé cómo clonar películas, cómo arreglar las cintas echas girones, cómo reparar las videocaseteras... En fin, no es muy complicado, a decir verdad. Y si los clientes quieren recomendaciones cinéfilas, qué mejor.
—Alex, ¿cómo quedó? —me pregunta Carlos, agitando la lata de pintura.
—Se ve como un verdadero homenaje al Paradise.
Aquel muro gris queda adornado con nuestros grafitis. Unas letras púrpuras hacen alusión a que el legado del Hotel Paradise será eterno. Se supone que se cumplen trece años desde su derrumbe durante el terremoto del '85. Lamentablemente muchos de nuestros iguales fallecieron en el desastre, sobre todo el afamado arquitecto y dueño, Enrique Huerta, que en paz descanse. Hoy Huerta es un ícono en la lucha por nuestros derechos.
—Ya solo faltan las velas y esto se verá mejor —dice Carlos, antes de irnos.
Luego de apagar la música hip-hop que nos acompañaba, echamos una mirada a donde debería haber estado aquel hotel, hacemos una reverencia y nos vamos. Solo Carlos tenía edad para conocerlo; debió haber sido muy grande y bonito. Ya nada más quedan los recuerdos.
Algo que me encanta de las películas es que estas sí se pueden definir muy bien por géneros. Hay drama, terror, suspenso, de todo, y se les puede catalogar por el público al que van dirigidas. Yo, en cambio, no pertenezco a ningún género. Durante mi adolescencia nunca supe si era un chico o una chica. Parezco un varón, pero tengo genitales femeninos. Al final me dio igual y no preferí ser más Alejandra, sino simplemente Alex. Así es más cómodo.
Cuando entro al Blockbuster respiro con gusto el aroma del plástico. Me gusta mucho oír los diálogos en bajo volumen que Carlos suele poner en las televisiones para los clientes. A veces vengo aquí a rentar títulos también con el pretexto de acompañarlo y charlar.
—¿Qué llevarás hoy, Alex?
—Algo de terror. Ya viene octubre, y es hora de ver puras de miedo —le digo.
—¡Ay, no! —Y finge un escalofrío.
Realizo mis rentas como siempre, pero de pronto me llama la atención una película en el suelo que no tiene portada. La caja está solo blanca. Lo consulto con Carlos y este me pide que la levante y la olvide sin más.
—¿Me la puedo llevar? —le pregunto.
—Ha de ser una cinta suelta.
—Me da mucha curiosidad. ¿Crees que sea uno de esos videos embrujados?
—Bien, si quieres llévatela. Pero si contiene torturas le hablamos a la policía, ¿eh?
Y le obedezco.
En la tienda de mi tío, en una de las tantas videocaseteras funcionales, me pongo a ver este video misterioso. No tiene ningún menú ni clasificación por edad. Al inicio aparece la imagen de un trozo de papel con el texto «Adivina la película». Luego, salen una muñeca Barbie y un cochecito. Dos manos los manipulan, por supuesto, como las de una niña pequeña, aunque más grandes y con las uñas entintadas de varias tonalidades.
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Hotel Paradise (La Carrera Queer) ✔️
RomanceTodo lo que sucede en el Paradise, se queda en el Paradise. *** El hotel Paradise se encuentra en el corazón de la Ciudad de México, y es conocido por ser uno de los lugares más conflictivos de la urbe. Contrabando, asesinatos, disturbios y gente mi...