Prólogo

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En una noche oscura y fría, cuando la nieve cubre la mayor parte de la tierra y el silencio llena el aire, dos criaturas blancas y negras jadean pesadamente mientras corren para salvar sus vidas.

Uno es un Alfa y el otro es su Omega.

A los dos no les importó la fuerte nevada, que casi les congelaba el pelaje. Lo único que se les ocurre es salvar sus vidas de la manada de lobos que corre tras ellos.

Su manada había sido atacada por estos monstruos sedientos de sangre. Muchos de ellos murieron y sólo unos pocos pudieron correr.....o no?

No podemos dejarlos atrás. Los distraeré mientras tú huyes.

Dijo el alfa a través de su enlace. Los destinados tienen un vínculo fuerte. Pueden comunicarse entre sí a través de su enlace.

¡No! Iré contigo. Si la muerte está sobre nosotros, entonces no me iré de tu lado.

El obstinado omega replicó, haciendo que el alfa gimiera de frustración.

Este no es el momento de discutir. ¡Ve ahora!

¡Nunca!

Dije vete...¡AHORA!

Para disgusto del omega, el alfa usó su voz alfa para que su pareja siguiera su orden.

Con el corazón apesadumbrado, el omega corre hacia el otro lado, dejando al alfa solo. Todo lo que el omega puede hacer es mirarlo por última vez.

El alfa esperó a sus enemigos. Una vez que vio que se acercaban a él, corrió hacia el otro lado del bosque. Sonrió con malicia al notar que lo habían seguido.

Pase lo que pase, no vuelvas. Encuentra un lugar seguro para esconderte. Si vuelvo vivo, te buscaré. Hasta que llegue ese momento, sigue vivo amor.

El alfa esperó la respuesta del omega. No se escucharon palabras solo gemidos y llantos que muestran el corazón roto del omega.

Sé fuerte. Te amo.

Dijo el alfa por último. Dejó de correr después de darse cuenta de que no tenía otro lugar adonde ir.

Está atrapado entre un acantilado y la manada de lobos listos para atacarlo.

El líder de la manada se adelantó y le gruñó al alfa.

En un abrir y cerrar de ojos, el líder saltó hacia él, sus colmillos sobresalían, listos para desgarrar la carne del alfa.

El alfa gruñó en respuesta. Si va a morir, se asegurará de morir luchando.

Él es un alfa después de todo.

Las dos criaturas se mordieron con la intención de matar. Tropezaron en el suelo, uno derribando al otro. El enemigo pudo liberarse del fuerte agarre del alfa.

Uno de ellos tiene las orejas heridas y el otro cojea una pierna.

La sangre comenzó a pintar la nieve, ya sea del alfa o del enemigo.

Al ver que el líder del enemigo parecía estar perdiendo, la manada de lobos comenzó a atacar al alfa por completo.

Al principio, el alfa pudo esquivar los golpes de los enemigos. Sin embargo, uno de los lobos lo mordió en la pierna, haciéndolo gemir de dolor.

Cayó al suelo. Los lobos aprovecharon esta oportunidad para atacar.

El alfa cerró los ojos. Ha aceptado su destino. Si la muerte lo quiere, entonces podrá tenerlo.

En ese momento, una criatura apareció frente al alfa, tratando de protegerlo.

Su omega.

¡No!

Fue muy tarde.

El omega recibió todos los golpes de los enemigos. Como si no fuera suficiente, uno de los lobos empujó al omega casi sin aliento por el acantilado.

¡¡No!!

El alfa lo vio todo. Vio como su omega lo miró por última vez antes de caer por el acantilado.

Lo siento...no pude dejarte solo...Te amo.

¡No! ¡Por favor no!

Con toda la energía que le quedaba, el alfa cojeó hasta mirar hacia el acantilado, donde cayó el cuerpo sin vida de su omega.

¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! Por favor, por favor.....

El alfa aulló de dolor. Su aullido rompió el silencio de la noche.

Los hombres lobo cerca del bosque pudieron escuchar sus lamentos. Escucharon los gritos de un alfa que perdió a su amor.

El dolor del alfa se convierte en ira. El tipo de ira que convoca al diablo.

Ya no tiene nada que perder. Sabe que morirá pronto porque su omega ya está muerto.

El alfa se dio vuelta para enfrentar a sus enemigos. Está emitiendo un aura que incluso el diablo temerá.

Los mataré a todos.

 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐥𝐚𝐳𝐚𝐝𝐨 [ᴋᴏᴏᴋᴠ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora