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 <<La otra>>

Zeri conoció a Ekko hace dos años, fue en una feria de su universidad y recuerda que tenía que ver con electricidad.

—Cuidado, te puedes lastimar—La peliverde miro hacia el joven moreno que estaba sujetando su mano con delicadeza, soltando su mano rápidamente y haciendo una expresión extraña.

Para su sorpresa, el chico no pareció importarle así que siguió sonriéndole, lo que la animo a hablarle.

—¿Por qué bota chispas? No debería hacer eso—Ekko se rio para sí mismo haciéndola sonrojar, sacó unas cuantas herramientas se una maleta al lado de su experimento y hablo mientras se movía alrededor de su invento.

—La idea es que lo haga, pero aún le faltan unos ajustes para terminarlo—los ojos brillantes de la chica se centraron en como ajusto exactamente la tuerca y arrojo un polvo especial. —¿Preparada?

Asintió dejándose llevar para atrás siguiendo los pasos del joven, que con solo un movimiento del botón creo una clase de espectáculo visual gracias a la electricidad, casi podía sentir el calor chispeante en su rostro, pero sin lastimarla.

La maravillosa creación llamo la atención de muchos del lugar, que se acercaron curiosos. Pero él ya había tomado su mano antes de eso, así que se mantuvieron así, hasta que ella decidió mirar sus ojos y chocar sus miradas, profunda y tierna.

—S-Soy Zeri—Decidió ignorar para sí misma el tarareo de su voz inicial.

—Soy Ekko, es un placer conocerte.

Ese momento pareció convertirse en horas, un recuerdo eterno que atesoro la peliverde, en el momento que se dio cuenta que estaba completamente enamorada de Ekko

...

Estaba paseando por los pasillos cuando lo encontró, estuvo a punto de acercarse a saludar, pero escucho la conversación de ambos.

—Vamos amigo, siempre fue una molestia.

—Lo se.

—Entonces por qué no dejas de hablar de ella—Ezreal golpeó su rostro, Zeri no pudo evitar que su curiosidad la detuviera. —Lo último que mencionaste fue que tus padres se alegraron cuando se fue.

— Hablas como si fuera una mascota indeseada, te recuerdo que nos conocimos antes de conocerte a ti.

El rubio alzó los hombros.

—Es cierto, Jinx no era una mascota, era una basura.—El moreno cruzo los ojos.

—Hablas igual que mis padres.

— Porque tenemos razón—Ezreal pareció ver el rastro del color fosforescente.—¡Zeri!

Descubierta, no le quedó más que fingir sorpresa.

—Chicos, no sabía que estuvieran aquí. ¿De que hablaban?—Ezreal se burló.

—maldiciones.

...

—Buenos días jovencita—Zeri se dio la vuelta hasta una mujer de mediana edad de tez morena—Con mi marido estamos buscando la exposición de inventos, pero estamos perdidos.

—Oh, eso es en el campus de electrónica, voy para el mismo lugar los puedo acompañar—La pareja sonrió hacia la chica que los guio con una charla animada hasta el lugar.

—Como te decía querida, venimos a ver a nuestro hijo, seguro lo conoces se llama...

—Mama, papa—Ekko llego hasta ellos, abrazándoles y mirando a Zeri de reojo. —¿Se conocen?

Contradicción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora