Capítulo 6

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Lo único que se escuchaba era el crujir de las llamas consumiendolo todo, gritos, golpes y carne siendo desgarrada por el acero de espadas y cuchillos.

Mientras todo esto sucedía me quedé contemplando desde una de las torres de los vigías cómo la desgracia y la muerte consumían a todos los habitantes de lo que antes era un próspero pueblo de comercio antes de quedarme perdido en mis pensamientos sentí como Yamato se colocaba sobre mi cabeza y emitía un gruñido en señal de aburrimiento.

T/N: Hasta que te dignas en venir, ¿dónde andabas pequeño?.

Sonreí mientras acariciaba su cabeza y me respondía con un gruñido y lo tomaba suavemente para ponerlo en un bolsillo de mi chaqueta y saltar hacia abajo deslizandome entre las paredes mientras la torre en la que estaba comenzaba a ser consumida por el fuego.

Ví los montones de cadáveres y algunas cabezas clavadas en lanzas, honestamente, no me importaba, ver masacres y cuerpos descuartizados ya era cosa de todos los días las primeras veces sí me afectó pero ahora lo veo como algo normal.

Seguí caminando entre ríos de sangre y me reuní con Askeladd que estaba supervisando el saqueo y ordenando a los demás que tomaran todo lo de valor y quemaran las casas una vez hallan sido vaciadas para que quede como evidencia y así ganar más reputación para mejores contratos, según él.

Askeladd: Mira muchacho, así es como te ganas el respeto de todos, haciendo lo que mejor se te da, así te ganas un nombre, los hombres mueren, las riquezas mueren pero tú sé una cosa que nunca muere que eso es la memoria de un hombre muerto.

T/N: ¿Otra vez en modo filosófico viejo?. *sarcástico*

Askeladd: Dí lo que quieras, yo voy envejeciendo cada vez más y tú solo estás creciendo.

T/N: ¿A qué quieres llegar con todo esto?. *molesto*

Askeladd: A que todos vamos a morir de una forma u otra, eso no se puede cambiar, pero lo que sí se puede cambiar es el cómo queremos morir. *sonriendo*

Me alejé del viejo antes de que me contagiara de su locura, aunque algo me decía que tenía razón después de todo, me subí encima de una de las carretas para comenzar a vigilar mientras salíamos de la ciudad que ahora no era más que un montón de edificios en llamas y cadáveres tirados por doquier.
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Han pasado 3 años, me he fortalecido aun más, entrené en secreto con mis kekeigenkai dominando el sharingan hasta el segundo tomoe en un ojo y teniendo 3 en el otro, aprendí a fortalecer los huesos de mi cuerpo y poner una lámina de éstos debajo de mi piel como una armadura discreta, puedo sacarlos y reemplazarlos algo rápido y disparar mis falanges de los dedos y sustituirlos por otros nuevos en un par de segundos, aunque eso duele un poco cuando la piel se desgarra al sacar huesos grandes de mis extremidades.

Por otro lado, aprendí a caminar por el agua sin problemas y algunas técnicas de fuego, pero aún no son suficientes, de un ninja pude copiar lo que él llamó como henge y kawarimi, además de una técnica de clonación pero solo siendo simples ilusiones.

En cuanto a Yamato solo le pude enseñar algunas cosas como aprender a leer y comprender el lenguaje humano, sinceramente me sorprende lo rápido que pudo aprenderlo sin tantos problemas para ser un animal, pero dejando eso de lado así podemos comunicarnos de forma discreta dibujando los kanjis en mi piel con sus garras o la cola.

Acabo de venir de un encargo de estos hijos de puta, de quitarle la cabeza a uno de nuestros excontratistas y descuartizar, desmembrar su cadáver y colocarlo en diferentes partes de su mansión como advertencia, normalmente habríamos ido todos, pero en esta ocasió el viejo tenía que reunirse con alguien que tenía un trato interesante para él..... no sé porqué pero algo me dió mala espina en ese asunto y más cuando me dijo que cuando terminara de hacer mi trabajo me reuniera con ellos dentro de la base actual, en la "sala de reuniones" si se pudiera llamar así.

El Uchiha MestizoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora