-RICK-
Si no hago nada, esto será mi culpa.
Tengo un vago recuerdo de cuando tenía 6 años...
Todas las noches, mis pesadillas me recuerdan la razón por la que estoy aquí, la razón por la que le temo a viajar en vehículos, la razón por la que he desarrollado esa necesidad de comer golosinas para lidiar con mi ansiedad.
Cuando era más joven, mis padres, mis hermanas y yo íbamos a salir a acampar en el bosque de las hadas, cuando de pronto, el carro de papá comenzó a fallar en medio del puente entre la ciudad y el bosque; Otro carro, el cual venía atrás de nosotros, iba tan rápido que no pudo frenar a tiempo. Mi instinto me indicó que mi vida estaba en peligro y me protegí con mi escudo, pero cometí un grave error...
Sólo me salvé a mí mismo...
Ambos carros cayeron del puente, no era una altura realmente alta, pero sí lo suficiente para que ni mi familia ni el conductor del otro carro pudieran sobrevivir.
Las hadas que encontraron los carros me sacaron de ahí; Horas después, llegaron ambulancias, patrullas, y un carro negro que venía por mí. De ahí, sólo recuerdo llegar al orfanato y nada más.
Desde ese día, la culpa ha estado viviendo en mis pesadillas. Hubiera deseado al menos un sólo sueño en donde todo pudo haber sido diferente.
—Rick, despierta... — Escuché fuera de mi pesadilla. Era Doc, mi nuevo compañero de cuarto.
Desde que él llegó hace semanas, he sentido bastante lástima por su situación. Fue rescatado de una familia bastante abusiva, por eso no salía mucho de nuestro cuarto desde que se instaló en mi cuarto.
—Rick, ¿Puedes traerme agua, por favor?— Me pidió.
Muy a menudo, Doc me levantaba muy temprano para pedirme agua, pues a él le daba mucho miedo salir del cuarto tan temprano. Al principio, sólo creí que a Doc le daba sed en las madrugadas, hasta que descubrí para qué lo necesitaba.
Esa vez, finalmente se molestaron en llenar de agua el garrafón que estaba al lado de nuestra habitación, así que pude traerle un vaso de agua sin tener que cruzar todo el pasillo.
Al entrar en la habitación, vi a Doc sacar algo de su cajón; Me acerqué con sigilo para ver lo que tenía ahí, y lo que vi hizo que todo tuviera sentido.Para que me entiendan, Doc solía levantarse entre las 3 y 4 de la mañana, se volvía a dormir después de beber el agua y, a veces, no despertaba hasta casi medio día, en ocaciones, perdiéndose la hora del desayuno. Lo que vi que Doc sacó de su cajón eran antidepresivos, eso no fue lo que más me preocupó, sino la cantidad que tomó.
—Se que estás aquí.— Dijo Doc.
Él ya sabía que estaba en la habitación, y ni siquiera se tomó la molestia de esconder las pastillas o inventarse alguna excusa. Doc tenía dos pastillas en su mano, una cantidad un poco mayor a la que un niño de su edad debía ingerir.
—Doc, sólo necesitas una.
—No, así me sentiré mucho mejor.
Me quedé en silencio mientras miraba a Doc tomar el vaso de agua que estaba sosteniendo; Sin embargo, me rehusé a soltarlo. Doc me miró y me pidió que soltara el vaso, pero no lo hice.
—No estoy jugando, Rick... Necesito el agua.— Me respondió, mientras me miraba con enojo.
Nunca antes había visto así a Doc, y aún así, no iba a permitir que le diera una sobredosis si se le ocurría tomar más de dos pastillas.
Intenté negociar con Doc, pero él seguía necio y se excusaba con que así el podría sentirse mucho mejor, cosa que se, por experiencia cercana, que no es así.

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Rainbow Souls
FantasyAurora es una chica de 13 años, la cual vive en un orfanato junto con varios niños; pocos de ellos, dignos de poseer un gran poder y responsabilidad, proteger la habitación sagrada de la magia, oculta en el subsuelo.