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06. sempiterno

El término sempiterno hace referencia a lo que es eterno, permanente o que dura para siempre sin tener fin. Esta acepción implica la idea de que algo ha tenido un principio, pero no tiene un fin, puesto que solamente fue, es y será eternamente. La percepción de sempiterno también implica que el hecho permanece inmutable para siempre, es decir, que no va a cambiar ni a desgastarse aún a través del tiempo. Cuando se dice que algo es sempiterno, quiere decirse que evoca un sentimiento de atemporalidad, inmutabilidad y eternidad, todo esto siendo aún más complejo de lo que el humano puede llegar a comprender.

Minjin vuelve a quejarse con un tierno suspiro de la manera en la que su padre peina sus cabellos marrones. Sus ojos son iguales a los de Hyunjin, incluso con aquel lunar que le atisba el inferior de uno de ellos; pero la nariz delicada y perfectamente formada, es de Lee. Los labios son de Lee y el carácter es de ambos, lo que crea un equilibrio perfecto entre sus dos padres. Minjin puede ser impulsiva, aunque también demasiado benevolente, unas veces más razonable y otras más terca; pero, eso no ha hecho nada más que crear un amor demasiado grande entre ella y sus padres, por lo similar que es a los dos, como si ella fuese la fusión perfecta de sus vidas.

Minjin había cumplido los diez hace un par de semanas, la pequeña celebración que habían organizado sus padres en su casa, le había hecho, finalmente, conocer a los tíos Jongin y Minhyuk, de quienes sus papás hablaban con frecuencia y cariño y, los cuales, le obsequiaron un regalo demasiado costoso, aún cuando los padres de la niña dijeron que no era necesario.

Lee había insistido con inscribir a su hija en demasiadas actividades, sin embargo, después de una tranquila charla con su esposo, ambos habían decidido que era importante permitir que Minjin explorara sus propios intereses y no sentirse abrumada por una agenda sobrecargada. Querían que Minjin pudiera disfrutar de su infancia, descubrir sus pasiones de forma natural y no sentirse presionada a cumplir expectativas externas, porque los dos le habían hecho saber desde más pequeña, que la única opinión válida durante toda su vida, debía ser la suya y la de nadie más. Minjin ya había optado por las clases de taekwondo los lunes y miércoles por la tarde, piano los días martes y un club de lectura infantil el jueves por la tarde-noche y el viernes podría descansar y pasar el tiempo en casa con sus padres. Minho había creído que Hyunjin podría enseñarle de pintura y arte a su hija, quien ya tiene aquella afición muy dentro de su ser, pues en el último cumpleaños de Minho, Hyunjin y la pequeña le había regalado una enorme pintura que llamaron BD +36 3317. Lee había llorado tanto que espantó a la propia Minjin, sin embargo, después comprendió que su padre simplemente se encontraba demasiado emocional.

- Papá Hyunjin no me lastima tanto - dice Minjin en una señal de querer jugar con su padre, Minho continua con aquella broma inocente y le mira a través del reflejo del enorme espejo del tocador de su hija.

- Pero papá Hyunjin ya no quiere peinarte más.

- Eso no es verdad. Pero es cierto que yo no la lastimo tanto - dice Hyunjin entrando a la habitación de Minjin que él mismo decoró conla ayuda de Lee, frente a las exigencias de la niña sobre tener una habitación más acorde a su edad - Aunque los peinados no me quedan tan bien como a ti, Min.

Ambos miran a Hyunjin con ayuda del espejo y la sonrisa que trae encima les hace sentirse bien, en especial a su esposo, como si estuviesen rodeados de amor y solamente de eso. Minho se gira para no tener que verlo de aquella manera, porque puede mirarlo fijamente a los ojos, porque sí, Hyunjin se encuentra ahí. Hwang se acerca a ambos y acaricia el rostro de Minho, las dos coletas de Minjin quedan listas y con una gracia que ella misma no puede comprender, pero la verdad es que Lee es demasiado bueno para peinarle el cabello, eso le había robado el corazón a Hyunjin desde que lo supo y lo hizo enamorarse aún más después de tanto tiempo juntos.