Lilian.
Ha pasado una semana desde que Alec me tocó por última vez, la cual fue el día que lo torturé en la silla, y me folló tan duro hasta altas horas de la madrugada provocando que en la mañana no caminase bien, pero me sentía tan satisfecha que lo volvería hacer. Desde ese día no ha puesto un dedo sobre mí y me parece tan extraño, ya que siempre ha sido de estar dentro de mi cada que tuviese la oportunidad, entonces no comprendo lo que le pasa, no sé si le molestó el hecho de que lo amarrara a una silla y le hiciera suplicar, no sé si eso lo hizo sentir mal o algo, es que el idiota no me dice nada, simplemente a los dos días comenzó a actuar diferente, más distante que siempre, y me molesta que no me mire y que no me toque, porque es mi novio, y solo se la pasa en su oficina disque trabajando, pero sé que algo oculta y no me quiere decir, pero lo voy a averiguar.
Hoy viernes he decidido ir a verlo de sorpresa a su oficina, no es algo que haga, entonces sería literal una sorpresa, me he puesto un vestido blanco con unos zapatos negros de tacón, es tan corto, que al caminar se puede ver la punta de mis nalgas y por supuesto llevo hilo blanco, sin sujetador, ya que no uso. Presiono el botón del ascensor que me lleva a su piso, donde salgo en busca de la oficina.
—Buenas, vengo a ver a Alec Romannie— digo mientras espero respuesta de la secretaria, la cual me mira con alerta y su rostro se desfigura al ver quien soy.
—Bue-buenos días, señorita— balbucea — el señor Alec está ocupado en este momento.
—Dile que Lilian lo vino a ver y que quería saber si ya almorzó para ir juntos.
—Un segundo por favor.— Marca al teléfono— Se- señor, la señorita Lilian se encuentra aquí.
Es lo único que dice y cuelga, al minuto lo observo salir de la oficina que está a la derecha y me extraña porque su oficina es la izquierda, la derecha pertenece a Luci, una chica de quien me enteré hace una semana que era nueva, espera, ahora todo tiene sentido.
—¿Qué carajo estás haciendo aquí sin avisar?— su voz es áspera, no le respondo, ya que mi mente está maquinando un sin fin de escenarios con esa chica sobre él, el hecho de que hace una semana siquiera me volteé a ver, el que me hable como si no fuera yo, y ahora que salga de esa oficina, todo cuadra perfectamente, siento que debería preguntar y reclamar, pero eso no se me da. No soy de hacer escenas de celos ni nada, ya que siempre he dicho que el que hace daño y deja ir personas es porque quiere y en este caso me está demostrando que ya me dejó ir.
—Lilian te hice una maldita pregunta, ¿Qué carajos haces aquí?
Lo miro a los ojos, siento que mi vida se está cayendo a pedazos, pero no le daré el gusto de ver una lágrima en mi rostro, así que con el mentón firme respondo.
—Vine a decirte que lo nuestro se terminó, me voy de tu departamento, gracias por todo, ya puedes ser libre y continuar con tu vida.
Me doy la vuelta caminada hacia el ascensor, mientras por dentro siento que me quema todo, un dolor que arde, ese dolor en dónde te das cuenta de que tan han roto el corazón y de la peor manera. Estando dentro del ascensor pienso en todos los momentos lindos que pasamos juntos, también los no tan bonitos como cuando me dijo que no quería casarse ni menos tener hijos, pero yo lo amaba de una forma tan intensa que, en ese momento sin pensármelo, acepté, sabiendo que uno de mis sueños es casarme y formar una familia, ahí nos damos cuenta de que cuando se ama, se es capaz de cualquier cosa por esa persona, hasta el hecho de abandonar sueños propios por formar parte de los sueños de otros. Al llegar al apartamento lo primero que hago es buscar una maleta y comenzar a meter mis cosas, mientras mis lágrimas no dejan de caer por mis mejillas, siento los ojos hinchados y me duele la puta vida, porque pensé que con él estaba bien, bueno yo si lo estaba, pero él obviamente no, no entiendo por qué me haría algo así, cuando yo siempre estuve ahí, siempre le escuchaba, siempre era la que demostraba más y ahora me doy cuenta que eso era una señal, él nunca fue de palabras bonitas, ni de gestos románticos, simplemente me follaba hasta ya no poder, creo que fui algo así como un objeto sexual en su vida, dejando un poco de lado esos pensamientos que más daño me hacen, sigo en lo mío, recogiendo mis cosas. No he escuchado la puerta lo que me indica que no ha llegado y es obvio que no lo va a hacer, no puede salir del trabajo así porque así y también porque probablemente ya estaba esperando que yo me fuese hace tiempo. Mi carro lo dejé encendido para salir de una vez e irme lo más lejos posible, termino de empacar mis cosas y me detengo en la puerta mirando alrededor, viendo el sillón, la habitación, la cocina, lugares donde tuve muchas sensaciones encontradas y pensé que había sido suficiente para él. Abro la puerta lista para salir, pero que él esté ahí, de pie junto a mi auto, me mueve todo, qué mierda hace aquí, acaso me vino a denigrar más de lo que ya me siento.
ESTÁS LEYENDO
Deseo por lo desconocido (+21)
RomanceBuenas, mi nombre es Mila. Paso por aquí para informarles que soy nueva en esto de escribir, así que lo que leerán será mi primer intento de escribir un libro, en el cual posiblemente se encuentren con errores ortográficos y demás. Espero lo disfru...