3

163 18 6
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cada paso que Jungkook daba hacía que su corazón se acelerara más y más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cada paso que Jungkook daba hacía que su corazón se acelerara más y más. No había nada en el mundo que disfrutara más que poder pasar tiempo con su mejor amigo; merendar, charlar, ver alguna serie y apreciar sus lindas facciones. Apreciar a Park Jimin era para Jungkook un deporte a esta altura, y él era medallista.

Apenas recibió el mensaje de que el rubio estaba esperando a que le fuera a abrir, salió corriendo de su departamento. No estaba ordenando, estaba chequeando por décimo tercera vez que su pelo estuviera bien peinado.

Si bien Jimin siempre fue una persona cariñosa y amable, el último mes se lo notaba más brillante, más contento, pero sobre todo más apegado a Jungkook. El morocho prefería no hacerse ilusiones y le gustaba creer que era debido a que por primera vez en años coincidían para poder verse dos o tres veces por semana y ésto le producía alegría. Qué equivocado que estaba.

En las afueras del edificio se encontraba un rubiecito muy ansioso, con sus mejillas pintadas de un notable rojizo que nada que ver tenía con el maquillaje natural que había elegido para ese día. Su rutina se basaba en hablar con sus amigos, estudiar, trabajar en una biblioteca y dar largos suspiros cada vez que le llegaba un mensaje de Jungkook. Él había notado esto hacía muy poco tiempo, y como un tonto se dio cuenta de que toda su vida tuvo esa extraña taquicardia cuando pensaba en Jungkook, cuando hablaba de Jungkook, cuando estaba con Jungkook.

Había llegado a la conclusión de que efectivamente estaba enamorado del más alto. Estaba más que preparado para confesarse y lanzarse a sus brazos contento. Pero no contaba con la posibilidad de que a Jungkook le gustase alguien más.

Triste fue su semana entera cuando se despertó y leyó un tweet de Jungkook donde decía que estaba perdidamente enamorado. Triste fue darse cuenta de que era imposible que Jungkook estuviese enamorado de él. ¿Cómo iba a estar enamorado de él? Eran mejores amigos, los mejores amigos no se enamoran.

Intentó con todas sus fuerzas dejar sus sentimientos de lado pero se le hizo difícil. Porque cada vez que pensaba en hacer su corazón a un costado, aparecía ese alto de pelo negro, sonriéndole con sus dientes de conejito y ojos de mil estrellas. Y Jimin simplemente cedía. Su cuerpo le pedía a gritos estar cerca de Jungkook, abrazarlo, mirarlo a los ojos y encontrarse más feliz que nunca. Escuchar su voz y derretirse por el dulce tono con el que le hablaba.

—Hola, Minnie. —Jungkook estaba radiante. Todo su ser destilaba un brillo único de él y Jimin, Jimin sonreía como bobo.

—Hola, Kook. —El alto recibió una sonrisa de esas típicas donde los ojos del rubio se escondían.

"Puedo aguantar", pensaba Jimin. "Si él es feliz con alguien más pero sigo estando en su vida, puedo aguantar".


💗

yes or no | kookmin mini auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora