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Lunes, 11:30 am.

Era un día normal, un lunes normal.

Jimin estaba acomodando todo en la panadería para comenzar el día.

Miraba al gato negro que parecía esperar a que abriera la ventana para que pudiera salir.

"Ah ¿Tienes planes para hoy?" Pregunto mientras acariciaba su cabeza, sacándole un ronroneo. "Esta bien, solo ten cuidado ¿Ok?"

Jimin dio un par de caricias más antes de abrir la ventana, viendo al animal dar un salto y salir de allí.

Sonrió mientras dejaba el aire entrar a la cocina, encendiendo la radio y dejando que la música inundara el espacio.

Fue hasta la parte de enfrente y abrió las cortinas, cambiando entonces el cartel para dejar saber que estaba abierto.

Jungkook estaba en la oficina, sorbiendo su taza de café mientras veía con Yugyeom un vídeo essay de alguna película, perdiendo el tiempo.

Namjoon veía las opciones de portada que habían llegado para su libro, dejando de lado su aburrido trabajo que tenía que entregar esa semana, sonriendo antes de enviarle las opciones a Jungkook.

Hoseok estaba gritándole a Seokjin que iba a llegar tarde al trabajo, mientras Seokjin le decía con lujo de detalle a Yoongi como llegar a la tintorería para recoger su abrigo aquella tarde.

Somi miraba la pizarra sin realmente prestar atención, jugando con su lápiz entre sus dedos.
Mientras en las butacas de atrás, Hueningkai trataba de no quedarse dormido.

La ciudad entera estaba tranquila, empezando la semana con su habitual lentitud antes de volver a la rutina.

Los lunes siempre eran un día tranquilo, nadie esperaba nada especial o relevante.

Literalmente fueron minutos entre la cotidianidad, y el caos.

Somi miraba sus notas incompletas, aún sin poder realmente pensar.

¿Qué estaba haciendo? Realmente no lo sabía.

Si, podía volar. Bien ahora ¿Qué haría con eso?

¿Crear problemas? ¿Resolverlos?

No sé veía en ninguna de las dos situaciones.

¿Tenía más opciones? No lo parecía.

Incluso si había una manera de quitar esto de ella, no sabía si realmente lo quería fuera.

Estaba comenzando a amarlo.

Era un raro sentimiento en su pecho, no sabía cómo describirlo. Pero sus poderes eran algo que podía sentir, casi saborear.

Pero ¿Por qué de la nada tenía una deuda que pagar con todo el mundo solo por ello?

Esto era agobiante.

Pero no sabía cómo proceder de esto.

Tal vez necesitaba una prueba o algo, algo real que le dijera a donde quería ir.

Resoplo, antes de solo recargar su cabeza contra el escritorio.

Esto era agotador.

Hueningkai, por su parte, estaba cabeceando mientras se le explicaba los monosacaridos.

Su cerebro adormilado apenas entiendo las palabras y sin registrar la importante información para su siguiente examen, solo pensando en su cómoda cama mientras un bostezo se escapa de su boca.

Estaba a punto de rendirse y caer sobre el escritorio como la chica unos asientos adelante para cuando el sonido de la campana de las dice se hizo presente, haciéndole abrir los ojos.

Anpanman <Yoonmin>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora